Al más puro estilo argentino, se propuso que suban 8 equipos de Primera B para armar un campeonato con hartos clubes el 2020. Hoy hay Consejo de Presidentes en la ANFP para zanjar el tema del torneo.
El fútbol chileno está a la deriva hace rato. No hay claridad sobre lo que ocurrirá, por lo que muchas ideas han aparecido para dilucidar lo que puede ser más justo de cara a la próxima temporada.
En esta lluvia de brillantes de inventivas, apareció una que dejó locos a muchos: la Superliga Chilena.
Se trata de una idea copiada de Argentina, donde por muchos años empezaron a subir equipos a Primera A y a cancelar los descensos a la B. Así, llegaron a tener hasta 30 elencos en la división de honor, donde se jugaba una sola rueda y se repetía un partido (generalmente contra un clásico rival).
En este caso, la idea es diferente, ya que se propone que suban los ocho elencos de los potreros mejor ubicados, que se sumarían a los 16 de Primera para hacer un total de 24. El tema es que quien marcha noveno en la B es Copiapó, con los mismos puntos que Temuco y un partido menos. Es decir, no se podría "cortar por lo sano" y dar por cerrado ese torneo.
Las opciones de la superliga
Otra idea es que los 32 clubes de la A y la B jueguen el próximo año en una sola división, la que tampoco tendría mucha acogida entre muchos clubes.
Uno de los elencos que se arrancó con los tarros es Independiente de Cauquenes, de Segundo Profesional, que indicó que aparte de los 24 de Primera, podrían unirse a los ocho restantes de la B los 11 elencos de su categoría más 3 equipos amateur. Así, se tendrían 22 elencos potreriles, totalizando 46 en el profesionalismo.
El atado ahí sería repartir la torta con los dineros del CDF, que hoy agarran los 32 clubes de las dos primeras categorías. "Esta propuesta tiene solo un problema, que es repartir los dineros del CDF en 46 clubes y no en 32 equipos, pero si queremos equidad partamos por casa", indican los del Maule.
Lo cierto es que hoy, en el Consejo de Presidentes que se realizará en la ANFP, se espera que salga humo blanco para poder dilucidar lo que ocurrirá con el fútbol.
La intención de muchos clubes es seguir jugando, pero ante la negativa de muchos jugadores que no se sienten seguros y a que Carabineros ya expresó que no pueden garantizar el orden en los encuentros de fútbol, esa opción se ve compleja por lo que se barajan distintas cartas para tomar la decisión más justa para todos los equipos involucrados.