El conjunto “loíno” quedó en la historia del fútbol nacional tras convertirse en el primer equipo en disputar dos finales seguidas.
A pesar de que actualmente Cobreloa para por un mal momento, ya que los de Calama terminaron la temporada descendiendo, volviendo a Primera B luego de un año, en algún momento de su historia el conjunto minero gozó de fama internacional, logrando una hazaña de la que pocos equipos se pueden jactar.
En sus inicios, los del norte se posicionaron rápidamente como uno de los equipos más competitivos del país tras su fundación en 1977. Bajo el alero de Codelco, el club contó con una billetera que le permitió desembolsar importante sumas para armar un plantel que peleara no solo en terreno nacional, sino que también contra los gigantes del continente.
Fue así como en el año 1980, a solo tres años de su formación, el conjunto se coronó campeón del fútbol criollo, asegurando su participación en el torneo de clubes más importante de América: la Copa Libertadores. Hasta ese momento las mejores actuaciones de Chile en el certamen las habían tenido Colo Colo y Unión Española, quienes llegaron a la final en 1973 y 1975 respectivamente, pero el ser campeones continentales era algo que el país aún no conocía.
Una hazaña inolvidable
De la mano del técnico Vicente Cantatore, los Loínos aterrizaron en el quinto grupo de la fase principal de la Libertadores, donde debían enfrentarse a Universidad de Chile y a los equipos peruanos Sporting Cristal y Atlético Torino. La aceitada maquinaria que venía de romperla en el plano nacional no tuvo problemas para clasificarse a la siguiente etapa como líderes del grupo.
Si bien en sus primeros tres partidos solo consiguieron empates, posteriormente se reivindicaron y le ganaron a La U por la cuenta mínima en condición de locales, y en Calama nuevamente se hicieron gigantes, venciendo a ambos equipos peruanos por 6-1, una aplastante victoria que los clasificó como uno de los favoritos de la siguiente fase.
Ya en instancias decisivas, el sorteo de la Conmebol depositó a Cobreloa en el Grupo B junto a dos grandes: Nacional y Peñarol de Montevideo, Uruguay. Pese a la jerarquía de los charrúas, los del desierto no se achicaron y se pararon de igual a igual, y finalmente vencieron al Manya por 4-2 en el Zorros del Desierto y empataron a 2 con Nacional, clasificando directamente a la final del esquivo trofeo.
Por el otro lado, llegaba a la instancia decisiva el Flamengo, comandado por la máxima figura de Brasil por ese entonces, Zico en su prime acompañado de otras estrellas del Scratch como Junior y Leandro.
La ida se disputó en el mítico estadio Maracaná, el recinto estaba lleno e intimidó a los chilenos solo con la presencia. Zico, quien esa jornada estuvo imparable, ni siquiera las patadas de los loínos lograron detenerlo, mientras que por los chilenos, Víctor Merello descontó en el complemento. El pitazo final llegó y el marcador mostraba 2-1 a favor del Mengao.
De forma poco ortodoxa, a los de Calama no se les permitió jugar en su estadio, algo que hubiera sido clave considerando el factor altura y el calor del desierto, por lo que el partido de vuelta se jugó en un Estadio Nacional repleto por unas 60 mil personas. En una noche mágica, Cobreloa empató la serie tras ganar por la cuenta mínima, lo que derivó en un tercer partido en territorio neutral, llenando de ilusiones a los del norte, quienes se median de igual a igual a los brasileños.
La cancha escogida para la definición fue una que hace pocas semanas habían pisado los chilenos, ya que el partido se trasladó hasta el Estadio Centenario de Montevideo. Pese a sus esfuerzos, los dirigidos por Cantatore no pudieron con el gigante de Brasil, quienes dejaron en el camino a los mineros con un doblete de Zico que le dio al Flamengo la primera Copa Libertadores de su historia.
Nuevamente una desilusión
Tras una gran campaña internacional, los de Calama regresaron a su estado para enfocarse en lo que sería el Campeonato Nacional, y en caso de tener buenos resultados podrían tener una revancha en Copa Libertadores, lo que finalmente sucedió.
A pesar de que los del desierto no se quedaron con el título local, el que fue ganado por Colo Colo, Cobreloa quedó a solo dos puntos del Cacique, asegurando la segunda plaza y clasificando a la primera ronda del torneo de clubes más prestigioso del cono sur.
Como era tradicional, la fase inicial implicaba que se enfrentaran cuatro equipos de dos países, por lo que los rivales de los “Naranja” fueron Colo Colo, Liga de Quito y Barcelona de Ecuador, un desafío mayor que el de la edición pasada, pero que no los intimidó.
Casi como un flashback, el equipo nortino nuevamente empató sus primeros tres partidos, como si fuera una cábala para ponerse las pilas en los partidos de vuelta, donde vencieron sin problemas a los ecuatorianos. Para el último partido, Cobreloa se enfrentó al Cacique para definir quién sería el líder de grupo
Jugando en sus dominios, vencieron 2-0 a los albos, una victoria holgada que los dejó a la espera de conocer a su rival en la siguiente fase del torneo. Una llave accesible consideraron en el Zorros del Desierto considerando que los enfrentamientos serían ante Deportes Tolima de Colombia y Olimpia de Paraguay.
Pese a que se les complicó la llave ante los cafeteros, en el partido de revancha dieron vuelta el marcador en el Estadio Nacional, quedando con un pie dentro de la final, el único impedimento era el conjunto de Asunción. El duelo en Paraguay finalizó con una igualdad 1-1, por lo que todo se definió en territorio chileno, donde fueron superiores con un solitario gol que les sacó los pasajes al último enfrentamiento.
En la final de la Copa Libertadores de 1982 se enfrentó Cobreloa con un rival conocido: Peñarol. El partido de ida se jugó en la casa del Manya, donde el marcador final terminó con un 0-0 en Montevideo, por lo que la balanza se inclinó hacia los nacionales ya que la final sería nuevamente en el Estadio Nacional.
Un partido apretado en el que se generaron pocas chances en comparación a finales anteriores, y si bien los loínos hicieron lo esfuerzos por hacer la diferencia, cuando se pensaba que todo se definiría en un tercer partido, un gol en el minuto 89′ cambió todo el panorama, aguando las ilusiones de los de Calama, quienes nuevamente vieron como se les escapaba la gloria. Por su parte, Peñarol levantó la Libertadores por cuarta vez en su historia.
Unas campañas llenas de misticismo para Cobreloa, ya que además de ser el único equipo chileno en disputar dos finales del torneo consecutivamente, consiguieron consolidarse rápidamente como uno de los equipos más importantes del país, caracterizándose por hacerse gigantes en su casa. ¿Qué hubiera pasado si las finales se hubieran disputado en Calama y no en Santiago? considerando que los “Naranjas” estuvieron cinco años (entre 1980 y 1985) sin perder ni un solo partido como locales.