Cristián Álvarez jugó el último partido de su carrera y lo hizo a lo grande, siendo campeón con la UC. Por eso, fue analizado por el escáner de La Cuarta y su rostro arrojó "liderazgo".
Un retiro a lo grande tuvo Cristián Álvarez. A los 38 años, el histórico defensor de los "Cruzados" y medallista olímipico en Sidney 2000 colgó los botines, y lo hizo siendo campeón con el equipo de sus amores. El "Huaso" levantó el trofeo con Universidad Católica, que derrotó a Deportes Temuco en el Germán Becker. Por esa razón, el curicano fue escogido por el escáner de La Cuarta y su rostro arrojó que "posee una gran energía y necesidad de realizar varias cosas a la vez. Tiene una capacidad de liderazgo que le aflora de forma natural".
Según sus orejas pequeñas, "su escucha selectiva en ocasiones es muy abierta, pero en otras deja de prestar atención y se enfoca en otras cosas".
Las frente amplia refleja que "le gusta especializarse en cada asunto de forma particular. Encuadra todo y tiene el control de las cosas".
Además, a la analista Miriam Cervantes le llamó la atención sus labios delgados, que los describen con "una capacidad para comunicar y hablar de cualquier tema. Dice sus emociones con facilidad y no tiene temor a las palabras".
Por último, su nariz puntiaguda arroja una preocupación por "elegir cuidadosamente donde invertir los recursos de lo que dispone como energía, emocionales y económicos para no agotarlos tempranamente".