El nuevo técnico albo arribó al aeropuerto Pudahuel como una verdadera estrella y recibió el cariño de los colocolinos. Hoy firmará su vinculo por dos años y 800 mil dólares por temporada.
Pasada las tres de la tarde, la prensa que habitualmente cubre las noticias de Colo Colo montó un verdadero operativo en el aeropuerto Pudahuel.
Se ubicaron estratégicamente en ambas salidas de los vuelos internacionales y vía wazap se comunicaban cada movimiento de pasajeros.
La idea era que obtener las primeras imágenes de Mario Salas como técnico del Cacique y pasada las 16 horas, lograron su objetivo: El "Comandante" salió como cualquier otro pasajero por la puerta más pequeña y lucía una vistosa polera amarilla.
Fue entonces cuando comenzaron las aglomeraciones. Las preguntas. Los gritos y la bienvenida espontánea de la fanaticada alba presente en el terminal aéreo.
"¡Suerte 'Comandante'!", fue lo más escuchado por el adiestrador mientras intentaba avanzar con sus maletas en busca de la van que lo llevaría a su hogar. Y es aquí donde otro hincha más osado aprovechó la presencia de la televisión para abrazarlo y decirle: "Llegó a su casa... ¡Esto es el pueblo colocolino!".
Acto seguido, un señor le intentó recordar un paseo que Salas habría hecho con su familia a Iloca y un joven taxista le gritó: "Saque gente de la cantera, profe. ¡Eche a todos los viejos!".
¿Cómo respondía Salas? Sonreía, saludaba amablemente con su mano izquierda, era que no, y evitaba las preguntas de los reporteros.
"Estoy contento, muy alegre de estar acá", fue una de las pocas frases que lanzó. Luego agradeció el cariño recibido y le pidió a todos los seguidores del elenco mapuche que "estén con el club, como lo han hecho siempre".
Finalmente, y justo antes de subirse al vehículo mencionado, Mario sentenció: "Nunca esperé un recibimiento así".
Y razón tenía, pues ni las estrellas que vienen al Festival de Viña del Mar son bienvenidas con el revuelo vivido ayer.
Algo que seguramente hoy comentará en la sala de prensa del Monumental, cuando sea presentado oficialmente y firme su contrato por dos años y un sueldo de 800 mil dólares por temporada. Ceremonia que pondrá aún más triste al seguidor de Universidad Católica que le dijo: "Profe, usted era cruzado po'".
