De todos modos, Diego Jr. señaló que “no quiero tirarle la cruz de inmediato a Lionel”. Ah, y sostuvo que los jugadores de Scaloni “tenían bastante miedo”.
Todavía no lo pueden creer los hinchas argentinos. Su selección, la actual campeona de América, de la Finalissima, invicta desde hace más de tres años con 36 partidos en línea sin conocer de derrotas, finalmente cayó ante el que, en el papel, era el rival más sencillo del grupo C: contra Arabia Saudita.
Tras el 1 a 0 que marcó Messi vía la pena máxima, los árabes lograron la remontada en el complemento en cuestión de cinco minutos. Dos golazos, de Al-Shehri y Al-Dawsari, que noquearon a una Albiceleste que se quedó sin respuestas ni argumentos futbolísticos para ir por algo más. Se trata, posiblemente, de una de las derrotas más importantes de su historia.
Por eso, en las afueras del estadio, en Buenos Aires y en las redes sociales, los hinchas prendieron el termo. Se lanzaron contra De Paul, apuntaron al bajo partido de Messi y a la mandíbula de cristal de la “Scaloneta”.
Pero también hubo reacciones en Italia. Particularmente de uno que, aunque nació allí, en la bota del mundo, se siente un argentino más, porque tiene su sangre: Diego Maradona Jr., hijo del Pelusa, astro del balompié trasandino.
Consumada la derrota ante los saudíes, Dieguito habló desde Italia y pidió, de una vez por todas, terminar con la comparación entre Lionel Messi y su padre, que sí consiguió levantar la Copa del Mundo con la Albiceleste (en México 1986):
“La comparación entre Messi y mi papá la hacen los que no ven y no entienden de fútbol. Estamos hablando de dos planetas diferentes, pero no quiero tirarle la cruz de inmediato a Lionel”, se descargó.
Más tarde, para cerrar la conversación con Radio Marte, entregó sus impresiones luego de la improbable victoria de Arabia:
“Estoy destrozado por esta derrota. Me cuesta creer que todo esto realmente sucedió. Perder ante Arabia Saudita es una locura”, opinó.
Y sobre el cuadro de Scaloni dijo que “tenían bastante miedo. El fútbol es así. Vienen a ti. A veces sucede que pierdes incluso contra oponentes mucho más débiles”.
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