Marcelo Ríos: "Ojalá alguna de las niñas siga mis pasos, el tenis de mujeres es fácil"

El "Chino" habló con TVN sobre su nueva vida en Miami y contó que "puedo llevar a mis hijos al colegio en pijama, sin polera".

"No voy a ir a 'huevear', todavía puedo". Con esas palabras, Marcelo Ríos resumió lo que será su partido de exhibición frente al ecuatoriano Nicolás Lapentti el 21 de diciembre en el Arena Monticello. Sí, ya tiene 42 años, pero el "Chino" sabe que su talento con la raqueta está intacto, y así lo demostró en entrevista con Televisión Nacional.

"Será una experiencia bonita, no estoy hace tiempo, y hacerlo en Chile de nuevo... pueden ser las últimas veces que juegue. No estoy para jugar tanto, dejé el Senior Tour porque estaba cansado. Hay que estar bien en lo físico, entrenar meses antes, la gente no es 'hueona', ve cuando estás jugando bien. Además, quiero mostrarles a mis hijos realmente quién es el papá, quiero estar en un court lleno", contó.

El zurdo también contó que en Miami, lugar donde vive, los niños no lo conocen, pero sí los padres, y se detuvo en los veinte años que se cumplen desde que fue número uno del mundo. "¿Son tantos? No es por ser soberbio, pero como que ya dejé atrás mi vida de tenista, no pienso mucho en lo que fui, lo que hice", avisó.

Pese a ello, recordó a grandes jugadores de su época en la entrevista de Gustavo Huerta. "De Sampras no comento porque lo encuentro un idiota, no me interesa. Y Agassi es un tipo la raja. Que me comparen con ellos, súper bien. Estoy orgulloso de haber estado en esas lides", confesó.

Familia

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Como es muy probable que alguno de sus hijos quiera seguir sus pasos, Ríos confesó que "me gustaría que fuera alguna de las niñas, no hombre. ¿Por qué? Porque el tenis de mujeres es fácil, yo lo veo fácil. Traté de meter a la Isidora que tiene nueve años. Le picó un mosquito en el ojo y cagó toda la hueá, no quiso jugar más. Tenía facilidad, y yo soy realista. Si sé que una hija es mala, no le diré que es buena sólo para que sea tenista".

Al ser consultado por la decisión de vivir fuera, Marcelo explicó que "me sentí en Chile un poco estresado, cansado, ahogado. Podía explotar en un momento, no ser yo. No me vine porque el país no me guste. El chileno no sabe tratar a sus ídolos, cuando estás arriba todos son tus amigos, cuando estás abajo te hacen mierda".

Y al respecto agregó que "me he unido a mis hijos, allá los veía menos. No leo diarios, no veo tele, esos programas de mierda... Estoy la raja, feliz, acá puedo hacer lo que quiera, voy a dejar a mis hijos en pijama, sin polera. En Chile si no tienes un buen auto, dicen 'al hueón le está yendo mal, quebró'. Acá no están pendientes del hueón de al lado".

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