El capo de los guantes se cuida con su señora en casa pues asegura que está para vivir 20 ó 30 años más. "Que la gente no sufra cuando yo esté muriendo", es su deseo.
"Camión que no se mueve no hace flete". Esta es la frase que más le decía su padre a Martín Vargas, nuestro campeón, que en esta pandemia tuvo que cambiar su estilo de vida para cuidar su salud y de sus seres queridos.
"Es raro porque soy un hombre que está todos los días en el gimnasio y es complicado estar con este maldito virus, pero tenemos que aguantar y cuidarnos. Estoy en la casa con mi señora, de repente viene mi nieto, hijas, pero por lo general estamos solos", contó Martín a La Cuarta, la noqueadora.
- ¿Había estado tanto tiempo en casa?
Nunca, salvo cuando me operaron y que estuve en el hospital tres o cuatro meses.
- ¿Qué le parecen las medidas que se toman?
Es complicado para la gente mayor, así como lo soy yo, que tengo 65 años. Tenemos que cuidarnos, poner un granito de arena.
- ¿Lo hace?
Donde salgo lo hago con mascarilla, no puedo salir sin ella. Si me olvido me devuelvo a buscarla.
- Lo retan si no lo hace...
Mi señora está en cama, es complicado lo que tiene mi vieja. Problemas al corazón, tuvo cuatro infartos, pero es fuerte. También sufre diabetes. Las ha aguantado todas y por ella hay que cuidarse.
- ¿En qué lo pillo este pandemia?
Estábamos presentando un proyecto de mi fundación (ver recuadro), gestiones para poder trabajar y demostrar lo que hacíamos. Lamentablemente esto nos paralizó. No es un chiste lo que pasó, no por mí sino por todo el mundo, todo quedó frenado: los trabajos, las competiciones con mi escuela y con los adultos mayores de mi fundación.
- Más cuando usted se preocupa por los más viejitos...
Esa era la intención, hicimos una presentación en Maipú donde la gente quedó contenta. Trabajamos muy bien con el adulto mayor, porque en este país no le dan ni bola. Es gente que me vio pelear, que gozó con mis triunfos, sufrió con mis derrotas y yo les quería aportar un granito de arena.
- Son los que mas sufren...
Nosotros lo que queremos es poder ayudar a esta gente. Me recuerdan como el gran boxeador que tuvo Chile. Lamentablemente en este país cuando uno habla algo y dice una letra mal, ustedes lo interpretan muy mal.
- ¿Por?
Al periodismo chileno lo tenía vetado. Nunca más en mi vida iba a conversar con un periodista. Me hicieron mucho daño, soy un hombre con buenas intenciones, buen amigo, buena persona. Creo que el invento que hicieron de mi persona es 99,9% mentira. No niego que fui bueno para el hueveo, pero fui campeón y me acuerdo de todas las fechas en que combatí. Hasta los rounds que gané.
- Está molesto, pero los hinchas no lo olvidan...
Me importa un carajo que hablen mal de mí, pero cuando escucho algo voy y digo las cosas de frente, no de espalda. Nunca me he quedado quieto, he luchado, he peleado con la gente que me ha criticado, pero yo creo que soy el deportista más querido en Chile. No faltará el que diga 'era un borracho', pero todo eso lo inventó el periodismo. Si hubiese sido alcohólico, no me acordaría de nada.
- Lo noto con ganas...
No voy a morir mañana, ni pasado, será cuando Dios quiera. Pienso que viviré unos 20 o 30 años mas y pienso en mis nietos, saco cuentas y me gusta vivir. Que la gente no sufra cuando yo me muera ni cuando esté postrado. Eso no quiero. Mi papá me decía 'camión parado en este país no hace flete'. Siempre estoy en movimiento.
"Viejos Fuertes", su proyecto
El profe está enfocado en su fundación "para trabajar el deporte como herramienta para el bienestar y la salud de las personas", donde puso el esfuerzo en los tatitas. El proyecto 'Viejos Fuertes' se hizo en conjunto con la Asociación Chilena de Psicología Social del Deporte, para tener la máxima rigurosidad en la parte teórica y metodológica.
"Aborda la recuperación de la salud de forma integral, de cuerpo y mente. La parte mental se trabaja con meditación, donde se busca recuperar habilidades del deterioro motriz y cognitivo", contó Cristián Salas, discípulo de Vargas.