Más medallas que nunca, un escándalo como siempre: lo bueno, lo malo y lo feo de los Juegos Panamericanos

El reconocimiento del Presidente Boric al Team Chile en La Moneda. Foto: Mario Tellez.

En esta pasada Chile celebró la obtención de 29 medallas más que hace cuatro años, una producción fantástica, propiciada especialmente por disciplinas como el remo, atletismo y karate. Sin embargo, apenas unas horas tras el final, se dio a conocer una no menos grave que bochornosa polémica. Otra más al historial.

El balance inmediato fue positivo, dulce, con alguna que otra cosa por corregir, ya que siempre se puede mejorar. Pero, en definitiva, prevalecían las buenas sensaciones. Difícil era verlo de otra forma si el Team Chile, respaldado por un emotivo marco de público cada jornada, completó su mejor producción histórica con la consecución de setenta y nueve medallas, doce de ellas doradas, y con actuaciones sobresalientes, por ejemplo, de los exponentes del atletismo.

Oros de Martina Weil, Santiago Ford y Lucas Nervi, plata en la posta 4x100 femenina y el bronce de Martín Kouyoumdjian en los 400 metros. Nada, a esas alturas, permitía sospechar el terremoto que sobrevino luego.

Tal vez el único lunar entonces era no haber alcanzado la meta trazada de trece primeros lugares: Guilherme Abel Rocha, acaso enemigo público número uno del país desde la mañana del domingo 5 de noviembre, le había arrebatado esa posibilidad a Emanuelle Silva con un empujón antirreglamentario, a traición. Pero no pasa nada, de todos modos era una fiesta que dejó a Chile por todo lo alto, se felicitaban las autoridades.

Destacaría luego Lucas Nervi en una sincera conversación con el diario pop algunos cambios en la cultura deportiva. “El tema de que con los medallistas de plata el discurso no sea que perdieron el oro sino que ganaron la plata, es notable”, apuntó primero. Y después que “la gente no sólo se está emocionando con las medallas sino que con todas las participaciones”, esto es, “ya ver a un chileno ahí los representa y los deja con ganas de alentar, de involucrarse en la prueba”.

Lucas Nervi enseña su medalla de oro para una entrevista con La Cuarta. Foto: Juan Farías.

Pero el golpe que nadie esperaba llegó, y llegó fuerte. La noche siguiente al cierre de los Juegos Panamericanos, Poulette Cardoch, atleta del relevo 4x400 metros, acusó que ella y Berdine Castillo fueron reemplazadas sin previo aviso a dos horas de la competencia. Una decisión por lo menos discutible en vista de que los criterios de selección habían sido establecidos antes para evitar precisamente esto. Castillo, más tarde no sólo corroboró el relato de Cardoch sino que agregó detalles que revistieron de mayor gravedad el asunto: algunas compañeras habrían amenazado con bajarse del equipo y le quitaron la palabra. Familiares de esas mismas compañeras le propinaron insultos “imposibles de no vincular con racismo, clasismo, elitismo y otras expresiones de discriminación. Ximena Restrepo era una de ellas. Abrumada, finalmente Poulette decidió dar un paso al costado. Berdine, en tanto, corrió. Porque le correspondía pero también por el honor de su compañera.

“Una lástima cómo terminaron los Juegos con lo del atletismo. Pero creo que es muy importante estar hablando de esto, porque no es un tema nuevo”, concluyó Nervi en la entrevista con La Cuarta. “El deporte tiene que ser sano y eso involucra combatir el sistema del doping y el amiguismo, la falta de criterio en las decisiones técnicas”.

Desde luego, después de algo así, la evaluación ya no tenía el mismo sabor…

Berdine Castillo, en su participación en Santiago 2023 (Foto: Agenciauno)

Pero vamos por parte.

Lo bueno de Santiago 2023

● Deportistas de oro

Chile acabó en el octavo lugar del medallero con 12 preseas de oro, 31 de plata y 36 de bronce. Cuatro años antes, en los Juegos de Lima, Perú, la delegación nacional había cerrado en la misma posición pero con 29 menos; es decir, en 2019 alcanzó 50 veces el podio, con 13 oros, 19 platas y 18 bronces.

Las cifras son todavía mejores al considerar el total de medallas. Con 79 de ellas en Santiago 2023, el Team Chile trepó al sexto puesto en la general, por encima de grandes potencias del continente como Argentina o Cuba. Un hito que no se debe menospreciar: en la capital peruana nuestro país obtuvo 51 medallas menos que los trasandinos y 50 menos que los caribeños. Este sexto lugar en el total es, además, la mejor actuación desde 1955, cuando se remató cuarto.

La medalla dorada que se llevaron doce integrantes de la delegación nacional. Foto: Mario Tellez.

El primer oro lo brindó la tiradora Francisca Crovetto, quien el domingo 22 de octubre superó en una justísima definición a la mexicana Gabriela Rodríguez. Después fue el turno de Emile Ritter en la final masculina de salto en esquí acuático. Con un registro de 64,7 metros se impuso al canadiense Dorien Llewellyn (64,5) y al argentino Tobías Giorgis (63,3).

El remo ofreció una jornada de ensueño el martes 24 aportando con tres preseas doradas. Primero Isidora Niemeyer y Antonia Liewald triunfaron en Doble par de remos cortos peso ligero femenino. Luego, en la categoría de Cuatro sin timonel masculino, los hermanos Alfredo e Ignacio Abraham, Nahuel Reyes y Alonso Poo remontaron contra la amenaza cubana. Y finalmente, Magdalena Nannig, Victoria Hostetter y las hermanas Melita y Antonia Abraham hicieron lo propio en Cuatro sin timonel femenino.

La sexta se hizo esperar de más pero valió cada segundo: el 30 de octubre Lucas Nervi se convirtió en el primer oro en la historia de nuestro país en lanzamiento de disco. “Yo estaba octavo en el ranking, en el papel no tenía cómo ganar el campeonato. Pero al final esta hueá era en mi casa: no me iban a quitar la medalla”, le dijo después, con tremenda sonrisa en la cara, el atleta al diario pop.

Santiago Ford en el Decatlón masculino y Martina Weil en la carrera de los 400 metros femenino se colgaron la séptima y octava medalla. Y en karate, Enrique Villalón, Rodrigo Rojas y Valentina Toro se subieron al primer lugar del podio en las categorías de -60 kg masculino, +84 kg masculino y -55 kg femenino respectivamente.

La última medalla de oro corrió por cuenta de Emanuelle Silva, ganador de la final de 200 metros contra meta masculino en patinaje velocidad.

Los deportistas de oro. Foto: Mario Tellez.

El resumen dice que el Team Chile consiguió subir al podio en 31 deportes distintos, apartado en el que también se mejoró lo hecho cuatro años antes en Lima, donde la cosecha se dividió entre 28 disciplinas. Récord absoluto cuya mayor contribución fue del remo con 10 medallas (3 oros, 5 platas y 2 bronces), seguido por el atletismo con 6 (3 oros, 2 platas y 1 bronce) y el karate con 5 (3 oros, 1 plata y 1 bronce). Estos tres, por cierto, concentraron nueve de las doce medallas doradas.

Otros puntos a destacar:

La calidad del transporte público durante la competencia; la asistencia del público, su compromiso y comportamiento, tantas veces reprobado en otras instancias.

Lo malo de Santiago 2023

● Error en medición de marcha femenina

Una de las mayores manchas del certamen ocurrió el sábado 28 de octubre en medio de la prueba de marcha femenina. En concreto, un error en la medición de la ruta del Parque O’Higgins invalidó los tiempos y, en consecuencia, las marcas clasificatorias a París. El trazado era unos tres kilómetros más corto de lo que debía ser, de modo que la organización debió salir al paso con un comunicado para explicar qué es lo que había pasado:

“Informamos que, debido a un problema de medición, responsabilidad exclusiva de la Asociación Panamericana de Atletismo (APA), se anulan los tiempos obtenidas en ésta. Lo anterior, debido a que el experto comisionado por APA, señor Marcelo Ithurralde, no estuvo certero en las mediciones de los recorridos que debían realizar las atletas”.

Harold Mayne-Nicholls, director ejecutivo de Santiago 2023, se desligó: “No tenemos ninguna responsabilidad. Nosotros cumplimos, al igual que en todas partes con las indicaciones del experto del tema (...); aquí vino gente de World Athletics y ellos midieron. ¿Qué podemos hacer nosotros? Seguir sus instrucciones, y eso hicimos”.

● Goteras en el reducto del balonmano

La fiesta que entonces se vivía en el Polideportivo de Viña del Mar acabó de golpe. Las Lobas habían conseguido algo inédito para el balonmano femenino nacional: meterse entre las cuatro mejores del certamen, y ahora buscaban la épica. El desafío en semifinales era enorme, enfrentarse a Brasil, campeona panamericana vigente, una potencia que desde el inicio impuso sus términos. De hecho, cuando restaban dieciséis minutos para el final, la visita iba cómodamente arriba con un expresivo 30 a 10. Al margen de eso, lo que naturalmente nadie imaginó es que el cierre sería de otra forma, por cuestiones extradeportivas. Rozando el bochorno. En una competición que, pese a las dificultades que supuso culminar las obras a tiempo, no había presentado problemas de infraestructura, una gotera arruinó todo. Claro, ese día había llovido y el reducto sufrió las consecuencias. Funcionarios de la organización intentaron de todo para secar el piso pero no hubo caso, por lo que se resolvió finalizar el encuentro anticipadamente.

Finalmente, también con cierta polémica, Las Lobas cayeron en el duelo por la medalla de bronce ante Paraguay. Luego descargaron toda su artillería contra Mayne-Nicholls, pero ésa es otra historia.

Las goteras en el recinto de Viña. Foto: Santiago 2023 vía Photosport.

Lo feo de Santiago 2023

● Las graves denuncias del atletismo

Qué duda hay. Las acusaciones que hicieron Poulette Cardoch y Berdine Castillo, con el paso de las horas respaldadas por otros integrantes del Team Chile, ensuciaron todo lo antes conseguido por el atletismo. Pero lo peor estaba por venir. Mientras Martina Weil, oro en la carrera de los 400 metros femenino, lamentaba el acoso en redes sociales, mensajes que incluso la invitaban a matarse, su padre, el exatleta Gert Weil, apagó el fuego con bencina:

“Ésta era una discusión técnica, deportiva. Debatible, discutible, lo que tú quieras, pero que se les salió de madre y se convirtió en actos de abuso, discriminación, de racismo. Se salió de madre”, se quejó con Radio Agricultura. “Eso es lo que vemos ahora y yo lo encuentro penoso y lamentable, porque han destruido todo el brillo que podríamos haberle sacado al atletismo. Todo eso lo han destruido con esta imbecilidad”.

Consultado por la presunta intervención de su esposa, Ximena Restrepo, sostuvo con firmeza que ella “no presionó ni intervino”. “Llegó después, cuando todo este despelote estaba armado. En las declaraciones no están los tiempos bien representados, todo esto son las versiones de un solo lado y están dirigidas. No tienen ninguna prueba”.

A modo de cierre, dijo que “esto va a caer por su propio peso y ojalá que empiecen rápido las investigaciones y se sepan los hechos”. Y advirtió con un tono amenazante que después despertaría el rechazo de todos lados: “Ojo, porque se están metiendo en problemas”.

El clan Weil-Restrepo, hoy en el ojo del huracán.

Hace unos días, en entrevista con La Tercera, el exministro de Deportes, récord nacional de 800 metros y 4x400, Pablo Squella, hizo un llamado:

“Con todo el aprecio que tengo por Ximena, corresponde que pida disculpas. Corresponde, porque no es posible que una persona que tiene un alto cargo no solamente en la corporación, sino que también en la Federación Internacional, se exprese de esa manera y agreda verbalmente a los técnicos”.

A la espera de lo que pueda ocurrir con esta historia, la pregunta que deben hacerse desde el Gobierno hasta las diferentes federaciones que se hicieron parte del evento es: ¿cómo se puede aprovechar el legado? Esto es, la infraestructura, el grueso de la organización y el alto rendimiento que exhibió la delegación nacional.

¿Qué sigue?

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