El "Vampiro" sacó cuentas de su gran año junto a La Cuarta. Aparte de que le gustaría traer a su pupilo a Chile, el viñamarino también recuerda lo que fue vivir el atentado en Austria.
Una temporada excepcional. Así se podría definir el 2020 deportivo del Nico Massú junto a Dominic Thiem. Lograron el US Open, sigue en el Top 3 de la ATP y la meta es dar caza al n°1 para el 2021. Pero antes el "Vampiro" regresó a Chile para descansar, ver a la tía Sonia y planificar lo que viene junto a su pequeño saltamontes y los chicos de la Copa Davis.
"Pese al año raro, igual en los últimos meses estuve viajando. Siempre siguiendo las reglas. Me encanta viajar, competir, la adrenalina de un partido, lograr cosas con un jugador, disfruto de esto, por eso cuando me retiré quise seguir altiro como entrenador. Es algo que elegí y lo hago contento todos los días", cuenta a La Cuarta.
Junto al austríaco cree que "manejamos bien la situación, Dominic mantuvo su nivel, siempre fue regular y lo pudimos mantener en el intacto. Ganar el US Open fue único, la final de Londres estuvo muy cerca, entonces pese a la pandemia hubo un nivel muy alto, mucha fuerza mental".
Y si algo caracterizó al Nico fue verlo disfrutar cada partido en la galucha. "Así lo vivo desde niño, no conozco otra forma. Trato de seguir siendo el mismo, mostrarle a Dominic que los partidos los juego con él, lo que aprendí de los entrenadores que tuve y la visión que tengo del tenis. Todo eso busco inculcarlo en él y esto año nos fue espectacular en lo deportivo, se han logrado los objetivos que nos propusimos".
Pero no sólo su trabajo con el 3° del mundo le quita el sueño a Massú, que también tiene la Copa Davis de marzo contra Eslovaquia entre sus metas. "Con los jugadores nos topamos en el circuito, compartimos, cenamos juntos y como equipo siento que estamos bien. Eslovaquia eligió jugar en marzo, pero nos faltan meses, tienen que elegir ciudad, superficie, nominar, mientras nosotros trabajamos en los detalles. Para mí es especial que hayan chilenos en el circuito", acota.
- ¿Intentas pasar la filosofía Massú del "Nada es imposible"? Soy un tipo que me adapto a todas las circunstancias. Siempre trabajé la parte mental, me lo encargaron de manera fundamental. Aparte de pegarle bien a la pelota, entrenar, saber jugar, uno tiene que tener cabeza, eso es clave. Si he logrado cosas, lo he hecho con esfuerzo, con lo que siento en la cancha, y siento que quiero seguir creciendo, tengo fuerza, ganas, y la misma motivación de cuando empecé a jugar, voy a sacrificar todo por los objetivos.
- ¿Es muy difícil la pega en pandemia? La ATP está haciendo una pega enorme para los torneos, pero no es lo mismo estar sin los fans, no poder ir a cenar después de un partido, ir del hotel al club sin salir, pero es lo que toca, ojalá que dure lo menos posible, tengo la suerte de que puedo seguir haciendo mi trabajo y estoy agradecido.
- ¿Alguna posibilidad de verlo con Thiem en el ATP de Santiago? No lo sé. Estamos esperando el calendario, sólo sabemos que se juega Australia, pero nada más. Sería lindo, pero no puedo dar esperanzas.
Massú entre los mejores
- Que sus pares lo nominen como uno de los mejores entrenadores, ¿qué significa para ti? Estoy feliz de que me reconozcan como uno de los mejores. Hemos tenido resultados espectaculares en poco tiempo, cada uno hace su esfuerzo, hay que fomentar el camino con Dominic, Chile y lo que venga.
- ¿Cómo recuerda el atentado en Viena? Estaba a dos cuadras, yo hacía mi vida ahí, almorzaba, caminaba, entonces ver que todo eso sucede es fuerte. Son cosas que a uno lo hacen pensar, además Austria es un país seguro, entonces uno no espera que pasen este tipo de cosas. Fue muy complicado, hubo mucha tensión, la sensación de no saber qué pasará, pero sólo quedó mantener la calma. Miro para atrás y recuerdo lo complejo que fue.
- La familia lo extraña acá. Sí, pero saben cómo es esto, no conozco otra forma de hacer mi vida que no sea viajando y con tenis. Me encantaría estar siempre con ellos, cuando vengo los disfruto, pero amo el tenis.