El extremo colombiano suma dos denuncias por violación. En esta oportunidad, la víctima no quiso instar la acción penal. Argumentó posibles represalias.
Sebastián Villa no para de sumar problemas fuera de la cancha. El delantero colombiano de Boca Juniors, que se ha transformado en una de las figuras clave del cuadro xeneize, tanto en la obtención del campeonato local como en Copa Libertadores, nuevamente parece estar acorralado por la Justicia. Esto se debe a que ahora, hace algunas horas, otra mujer declaró haber sido abusada por el futbolista, sumándose a la denuncia por violación que puso su expareja Tamara Doldán. De hecho, de acuerdo al dramático relato, el abuso habría ocurrido la misma noche.
F.M., como se identificó la mujer, se presentó el pasado jueves en la UFI N°3 de Esteban Echeverría y entregó todavía más detalles de lo que ocurrió la noche del 26 de mayo de 2021. Por ejemplo, que fue una de las invitadas a una fiesta en la casa del delantero, que vio afectada a Tamara, por entonces ex del jugador, y cómo logró escapar de una situación gravísima.
“Esa noche salí del boliche ‘Kapital’ en San Telmo, de trabajar con mi mejor amiga. También estaba la novia del seguridad de Villa, apodado Vikingo. Él le dijo a ella que los jugadores de Boca estaban ahí en el country y que necesitaban presencia y que nos pagaban el Uber”, arrancó su testimonio la mujer, explicando el contexto que la llevó a participar de la fiesta del delantero.
Luego continuó: “Eran cerca de la 1 de la mañana, porque era pandemia y cortaban temprano los boliches. Entonces fuimos a Canning, llegamos a Venado II (sitio en el que vive Villa) e ingresamos. Nos abrió la puerta Vikingo. En otro Uber creo que fueron otras dos chicas, solo me acuerdo de una. La recuerdo porque también tuvo relaciones en esa fiesta con Villa”.
Entonces, menciona a Tamara Doldán, expareja del colombiano y una de las denunciantes: “Cuando entramos estaba todo apagado, había whisky y otras bebidas. Él salió de la pieza con Tamara. Vikingo nos dijo que tomemos lo que queramos, que nos acomodemos y pusieron música”.
“Nos pusimos a tomar, a bailar y Villa bailaba con las chicas, Tamara estaba ahí con él. Estuvimos un rato ahí. En un momento él se fue a la cocina con una de las chicas, que no recuerdo el nombre y estuvo ahí con ella, tuvieron relaciones. Cuando quisimos ir a la cocina, Vikingo no nos dejó pasar porque dijo que estaba con una chica”, añadió más tarde.
Y finalmente llegó al fragmento más terrible del relato, cuando se vio involucrada en el intento de abuso: “En el living yo le dije a Sebastián si me regalaba una camiseta, yo soy hincha de Boca. Me dijo que sí. Ahí estaba Vikingo con su novia y Sebastián me dijo que había una en la habitación. Me agarró del brazo y de dos empujones me metió, fueron dos segundos…”.
“Cerró la puerta y me empezó a besar, yo le dije que no quería estar con él, que solo quería la camiseta. Me quería besar, yo me quería correr y él me besaba igual en la boca”.
Entonces sostuvo que “cuando intento salir de la pieza, me empujó a la cama. Forcejeamos, él igual me agarraba de los brazos y me empujaba. No entendía que le decía que no, estaba muy borracho. Después, se bajó los pantalones y se subió encima mío. Cuando yo quería abrir la puerta, Villa me empujaba a la cama”.
F.M., luego lamentó que “él en un momento me arrancó la bombacha. Le decía que no pero él seguía. Me tenía agarrada de los brazos y, si bien me apoyaba, no llego a penetrarme porque yo me corría. Le pedía que se pusiera el preservativo o que se sacara el buzo. Eso lo hice para que ocupe sus manos y yo poder salir de la habitación”.
Sobre el desenlace, la mujer explicó que, gracias a sus esfuerzos, logró escapar de la incómoda situación, aunque le esperaba otro problema: del otro lado de la habitación estaba sobre la puerta Vikingo, seguridad de Villa, estratégicamente ubicado para no dejar que nadie entrara o saliera.
“Cuando abro mi amiga estaba del otro lado diciéndole a Vikingo que abra la puerta y Vikingo me dijo que ‘yo trabajo para Villa, no para vos’. Mi mejor amiga me dijo que nuestros amigos nos estaban esperando afuera en el auto y nos fuimos”.
Finalmente, consultada por cómo conoció a Villa, la mujer afirmó que “lo conocí en otra presencia, en Puerto Madero, en un departamento. Fui con otras dos amigas y cuando se terminó la fiesta ahí, él dijo que vayamos a su casa en Canning. Él ahí estaba bien, normal, nos llevamos bien. Yo estuve con él la primera vez que nos pagó la presencia, el día de Puerto Madero, pero lo hice porque yo quise. Pero no la pasé bien y nos fuimos”.
Incluso aportó detalles escabrosos: “Él es bruto, te ahorca y te pega cachetazos, al momento de tener relaciones sexuales”.
F.M. tomó la decisión de no denunciar a Villa por temor a las represalias. Se excusó por su trabajo: se desempeña en boliches donde acuden futbolistas y entiende que esta situación podría pasarle factura. Por eso, no podrá ser tratada como víctima pero sí como testigo de cargo ante la Justicia argentina.