“Me encerraba en mi casa a beber durante dos días”: la cruda confesión de Wayne Rooney en el peak de su carrera

Pese a atravesar uno de los mejores momentos de su vida futbolística, en 2009 el delantero británico vivió un calvario que, según él, solo podía combatir con alcohol.

Wayne Rooney es una de las más grandes estrellas que presenció el fútbol inglés en los últimos años. Prueba de ello son sus más de 250 goles vistiendo la camiseta del Manchester United y otro centenar con la absoluta de Inglaterra. Con los “Red Devils”, además, consiguió dar 17 vueltas olímpicas, que incluyen cinco Premier League y una Champions. Pero nada de eso, ni siquiera el éxito sobre el campo o la admiración que le profesaban los aficionados, fue capaz de evitar que el delantero atravesara una etapa de oscuridad… y de mucho sufrimiento.

Así lo reveló el propio Rooney en las vísperas del que será su documental (Rooney, Amazon Prime), donde por supuesto se espera que cuente varios aspectos desconocidos de su vida:

“Me encerraba a beber para sacarme todas esas cosas de la cabeza”, arrancó su brutal confesión, sin importar que viviera probablemente el mejor momento de su carrera. “Encerrarme me hacía olvidarme de esas cosas con las que tenía que lidiar. bebía en exceso en soledad”, completó, refiriéndose en particular al año 2009, algún tiempo antes de que naciera su primer hijo, Kai.

Luego, profundizó: “Me tomaba un par de días en los que no quería ver a nadie. Me sentaba en mi casa y, durante dos días, tan solo bebía. Al tercer día estaba de nuevo entrenando. Debía alinearme, ponerme gotas en los ojos y superar esa semana de trabajos. Realmente estaba en un mal momento”.

En aquel momento, destacó Rooney, era muy difícil conversar con el resto del equipo sobre la depresión que atravesaba. De hecho, más tarde se alegró respecto de cómo se ha ido avanzando en esa línea y los problemas de salud mental son cada vez más visibilizados en el mundillo del fútbol.

“Ahora las personas están más empoderadas a la hora de hablar de este tipo de cosas. En aquellos tiempos tenías que sufrir internamente antes de hablar abiertamente de tus pensamientos”, sostuvo.

Finalmente, el delantero inglés también reconoció los orígenes de sus problemas: “Yo estaba siempre enojado y era agresivo de pequeño (...); eso fue bastante obvio cuando empecé a jugar al fútbol. Era obvio que tenía algunos temas con los que tenía lidiar y hoy, afortunadamente, están bajo control”.

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