El talentoso volante azul le pegó un manotazo de lleno en el rostro a Nelson Sepúlveda, que acabó sangrando.
La pierna fuerte tomó por asalto el partido que disputaron este lunes, al cierre de la jornada, Universidad de Chile y Cobresal. Prueba de ello, es que el compromiso acabó con cuatro amonestados y dos jugadores que prematuramente debieron irse a las duchas. Uno de ellos, el promisorio volante azul Darío Osorio.
El “11″ azul, que reemplazó en las labores de creación al también suspendido Lucas Assadi, se ganó la primera amarilla a los 33 minutos del primer lapso, luego de llegar tarde a una acción.
Para entonces los ánimos ya estaban caldeados: al poco andar, en la “U” reclamaron que Guillermo Pacheco debió irse expulsado —finalmente vio la roja sobre el cierre— por una agresión contra Luis Casanova, que ni siquiera fue revisada en el VAR.
En el complemento, las cosas no cambiaron demasiado. Desde el cuadro nortino reclamaron una y otra vez al árbitro que Osorio siguiera en cancha. Sobre todo luego de un planchazo que protagonizó el astro azul. Hasta que llegó el minuto 74: allí, el oriundo de Hijuelas fue hasta la banda para despejar un balón, y en el movimiento abrió innecesariamente el brazo, dándole de lleno en el rostro a Nelson Sepúlveda.
En principio, el árbitro del encuentro parecía no tomar ninguna determinación, hasta que vio la sangre en la boca del futbolista de Cobresal…
El descargo de Sepúlveda
En la transmisión de TNT Sports, como consecuencia del castigo que enfrentan los azules sin público en las gradas, se podía escuchar fuerte y claro el reclamo del jugador de Cobresal, que permaneció tendido sobre el gramado del Santa Laura hasta que hubiera una sanción.
Y luego del pitazo, explicó el porqué: “Me rompió todo el labio y me corrió un poco el diente de abajo. Me pusieron dos puntos. Decían que no me había tocado, pero me hizo cagar la boca”, dijo a Las Últimas Noticias.
De hecho, Sepúlveda recordó que Osorio “en el primer tiempo tiró otros manotazos, pasó lo mismo, y el árbitro le dijo que tuviera cuidado porque ya tenía amarilla”.
“El juez le dijo que se calmara…, antes de pegarme a mí le dio otra patada a Guillermo Pacheco, ya estaba un poco descontrolado”, agregó más tarde sobre el joven volante azul.
En cuanto a la decisión del juez, lamentó que él “tuvo que ir a ver que me había roto el labio para sacarle la tarjeta. Tengo un poco de dolor, pero se me pasará”.