“Voy a mostrar con buen fútbol que ya no soy la persona que se le criticó”, prometió el futbolista de 19 años.
En Oremburgo, a poco menos de mil quinientos kilómetros de Moscú, cerca de la frontera con Kazajistán, Jordhy Thompson lucha a diario por alcanzar su segunda encarnación en el fútbol. Imputado por femicidio frustrado contra su expareja, Camila Sepúlveda, el talentoso volante llamado a ser la próxima estrella de Colo Colo y, por qué no, del fútbol chileno, pasó nueve días tras las rejas. Con las puertas cerradas en Macul y prácticamente en cualquier lugar del país al mismo tiempo que otros compañeros de su generación se abrían paso, hubo quienes pronosticaron el prematuro final de su carrera. Pero finalmente un acuerdo judicial le permitió respaldar una fianza de $100 millones y aceptar un ofrecimiento de la Premier League rusa.
A unos meses de todo eso, Thompson aceptó romper el silencio y hablar con Meganoticias de su exilio en Europa:
“Me sirvió mucho salir de Chile”, admitió en primer lugar. “La pasé mal allá, pero bueno, todo lo malo lo dejé atrás y pude enfocarme acá y estar tranquilo”.
Luego aclaró que de no ser por sus familiares y amistades, algunas de ellas del plantel del “Cacique”, las cosas hubieran sido mucho más difíciles: “Fue duro por lo que pasé, me fueron a ver dos amigos cuando estuve ahí, fue Damián Pizarro y Alan Saldivia, mi representante y mi familia más que nada. Es ahí en donde uno se da cuenta los que están cuando uno está mal”.
El futbolista de 19 años también ensayó un mea culpa y aseguró que entiende a “toda la gente que me criticó”. “Obviamente que les ofrezco unas disculpas”.
Finalmente, sobre la frase que soltó hace unos días en un directo de Instagram, de querer una revancha en el cuadro albo, sostuvo que “Colo Colo siempre me dio la oportunidad y fue falta de madurez mía no poder aprovechar”. Por eso es que, a modo de promesa, concluyó:
“Voy a dar vuelta toda la situación y voy a mostrar con buen fútbol que ya no soy la persona que se le criticó”.