La mujer que guió a Estados Unidos al tetracampeonato en el fútbol femenino hizo noticia al prometer que no iría "a la puta Casa Blanca" de obtener el título, en protesta por las políticas de Donald Trump. Él había provocado diciendo que "terminara el trabajo primero" y con la tarea hecha, Rapinoe se sumará a otros deportistas que han desafiado al anfitrión de la Casa Blanca.
La tensa relación entre Dondal Trump y los deportistas destacados de Estados Unidos sumó ayer otro revés para el Presidente, luego de que la selección femenina del país se alzara con el campeonato del mundo al vencer por 2 a 0 a Holanda.
La alegría que embargó a los gringos por sumar su cuarta corona en este deporte contrastó con el "dolor de cabeza" que significó el logro para Trump, luego de un mediático cruce que había tenido la semana pasada con Megan Rapinoe, mediocampista del equipo.
"No iré a la puta Casa Blanca, ni creo que nos inviten", fue la bomba que la jugadora del Seattle Reing de la liga estadounidense tiró durante la semana al ser consultada su cumpliría con la tradición de visitar la casa de Gobierno, tras como lo hacen los campeones de la NBA, NFL o MLB cada temporada, sin embargo sus diferencias con las políticas de Trump en temas como el trato a migrantes y minorías sexuales la impulsaron a dar su ácida respuesta.
El gobernante recogió el guante y respondió a la futbolista por redes sociales, asegurando que Rapinoe "debería ganar primero antes de hablar ¡Termina el trabajo!" y ella respondió, pues no solo mantuvo su decisión de no cantar ni llevar la mano en el pecho cuando se entona el himno de Estados Unidos, sino que guió a su equipo en la final, abriendo la cuenta a los 61 minutos, y quedándose con el Balón de Oro a la mejor jugadora del torneo y la Bota de Oro reservada para la goleadora.
El cruce entre Rapinoe y Trump no dejó indiferente a otros deportistas y mientras que Sue Bird, jugadora de la WNBA y pareja de la futbolista, lo tildó de "ridículo hasta el punto de dar risa si no fuera tan asqueroso", Ali Krieger, compañera en el equipo femenino de fútbol, la complementó.
"Me niego a respetar a un hombre que no merece respeto. Siento que permanecer callado a veces puede significar estar del lado del opresor y no quería que ella sintiera que tenía que procesar todo esto sola", aseguró la defensora, agregándose a una lista de deportistas que han despreciado a Trump y que incluye a figuras como LeBron James, Stephen Curry y diversas estrellas afroamericanas de la NFL, que no fueron a la Casa Blanca y aseguraron que no lo harán mientras Trump sea "el dueño de casa".