Danny Drinkwater explicó por qué su carrera se fue al piso, precisamente cuando había llegado a lo más alto tras gritar campeón con el Leicester. Hoy, tras superar una serie de problemas de salud mental, espera retornar a su mejor nivel.
La temporada 2015-16 de la Premier League devino en una de esas historias épicas que muy pocas veces se cuentan. En un certamen donde pregona el espectáculo, marcado en los últimos años por las tremendas cantidades de dinero que mueve y las figuras que presumen sus clubes más fuertes, precisamente entre los millonarios planteles del Manchester City, el Chelsea y el resto del denominado Big Six, apareció casi de improviso el Leicester City para dar la vuelta olímpica.
Ese equipo de Los Foxes, claro, más tarde dotó de nuevas estrellas a los cuadros más grandes de la liga. Jamie Vardy, Riyad Mahrez y Kasper Schmeichel fueron sus pilares. Pero también, muchos recordarán, la dupla que componían en el mediocampo N’Golo Kanté y Danny Drinkwater, el protagonista de esta historia.
Con 35 partidos disputados, tres goles y ocho asistencias, esa temporada fue la explosión de un volante que había deambulado por cuadros menores como Huddersfield, Cardiff, Watford o Barnsley, sin mayores oportunidades en el Manchester United, el club que lo vio nacer. Hasta que llegó al Leicester en el 2012 y encontró su mejor versión. De hecho, tras gritar campeón con Los Foxes, un año más tarde, el Chelsea, que ya se había llevado a su compañero Kanté, puso 37,9 millones de euros sobre la mesa para volver a juntarlos.
Sin embargo, ese traspaso que tanto lo ilusionó, acaso el que preveía como el despegue de su carrera, fue en definitiva el principio de una caída en muchos sentidos. En los “Blues”, de hecho, Drinkwater apenas jugó 23 partidos, y luego salió cedido a Burnley (2019-20), Aston Villa (2020), Kasimpasa (2021) y Reading (2021-22). ¿Qué había pasado en su camino, que pasó de ser uno de los mejores mediocampistas del fútbol inglés a apenas un actor de reparto en cuadros menores?
“Desperdicié varios de mis mejores años. Ahora estoy aliviado (tras su salida del Chelsea). No era una situación buena para mí ni para el club. Estoy enfadado por cómo me fue y por cómo me trataron”, dijo de arranque en una sincera entrevista que concedió a Sky Sports.
Y luego explicó sus motivos, relacionados a complicaciones con su salud mental desde 2019, año en el que además Maurizio Sarri, entonces DT del Chelsea, le comunicó que no lo tendría en cuenta: “Murió mi abuela, falleció mi abuelo, perdí a mi perro, a mi padre le diagnosticaron leucemia…”.
“Yo siempre dije: ‘Soy un tipo grande y fuerte, puedo lidiar con esto’... pero cometí un gran error. Conducía bajo los efectos del alcohol. Cuando el fútbol va bien, todo lo demás parece fácil, pero yo estaba perdido”, agregó luego.
Finalmente explicó cómo pudo salir de ese mal momento: “No pensé que estuviera deprimido, pero acudí al psicólogo y me alegro porque, si no lo hubiera hecho, no sé cómo me hubiera ido porque estaba sólo peleando y peleando... y no ayudaba a nadie”.
Actualmente, a sus 32 años, Drinkwater busca volver a su mejor versión. Ya sin contrato con el Chelsea, se encuentra libre a la espera de una nueva oportunidad.