Aunque a punta de buenas actuaciones convenció a los propietarios del Orenburg de comprar definitivamente su carta, parece complicado que una figura como la de Jordhy Thompson genere total consenso. El delantero de 19 años, que busca reparar su carrera —y su vida— en el fútbol ruso, allá también encontró ciertas resistencias como consecuencia de su comportamiento lejos del gramado.

Es cosa de mirar lo que sugiere el periodista local Dmitry Guberniev, tal vez uno de sus mayores opositores, quien opinó de la última polémica en la que se habría visto envuelto el futbolista mientras se encuentra de vacaciones en nuestro país.

Concretamente, RIA Novosti, agencia de noticias rusa, recogió que aparentemente “la madre de la novia de Thompson lo encontró con cinco prostitutas en la casa que ella le alquilaba en Peñalolén” y que, además, “se notó que el futbolista la agredió, pero su esposo defendió a la mujer”.

Guberniev entonces sostuvo que “la aparición de un jugador así en Orenburg tampoco les da una buena imagen”, de modo que enseguida les exigió: “Si se demuestra que es realmente culpable, deberían expulsarlo del equipo de una vez, podría haber un delito”.

“Muy extraño que se invite a delincuentes a jugar al fútbol en el campeonato ruso. Después de todo, aquí a menudo se esconden de la justicia”, dobló la apuesta.

Y cerró: “Todo esto es muy lamentable”.

Thompson, imputado por femicidio frustrado y desacato, regresó a Chile hace unas semanas para cumplir con lo pactado con la Justicia y continuar con el debido proceso. Allí se le actualizaron las medidas cautelares y se estableció que el próximo diciembre debe volver. Recién el próximo año se dictará su sentencia.