No era fácil el panorama. Más aún sabiendo que no podría contar con la gran figura de su equipo, el volante James Rodríguez.
Pero, sea como sea, el entrenador de Colombia, José Néstor Pekerman, sufrió en la definición ante Inglaterra como si fuera el último partido al mando de la banca cafetera.
Una vez se decretó la eliminación desde los pasos, algunos recordaban como si fuera ayer cuando un 6 de enero de 2012 se confirmó que reemplazaría a Leonel Álvarez, iniciando un proceso que le cambió la cara a la selección colombiana y que los llevó hasta un histórico cuarto de final en Brasil 2014, donde cayeron ante los dueños de casa.
Por lo mismo, el entrenador argentino sufrió. Más aún cuando en el minuto 57 el árbitro gringo Mark Geiger cobró un penal de Carlos Sánchez sobre Harry Kane, que el mismo delantero inglés se encargó de convertir para decretar el 1-0.
Quedaba media hora y Colombia se estaba quedando fuera del Mundial. El problema mayor era que su equipo no podía agarrar la pelota ni menos llegar con peligro, por lo que sólo un milagro los podría salvar.
Si bien esto ocurrió en el minuto 93, cuando Yerry Mina anotó el empate de cabeza, el tiempo de alargue no calmó a nadie.
Vinieron los penales y otra vez a sufrir. Pekerman tenía en su historial el haber caído como entrenador en una definición desde los doce pasos, aunque fue en Argentina cuando chocaron ante Alemania por los cuartos del Mundial de 2006.
No los miraba
La televisión mostraba al canoso y con las manos en la cara intentaba no ver quizás sus últimos minutos como jefe. Gritó el de Falcao, el de Cuadrado y el de Muriel. Pero tuvo que mirar el suelo cuando Uribe y Bacca fallaron.
Dier convirtió para Inglaterra y tuvo que levantar a algunos de sus muchachos. Si bien había agradecimiento por lo realizado, para muchos Pekerman se estaba despidiendo, aunque, por ahora, no lo quiso confirmar. "Nunca hablo de futuro. Hoy estamos dolidos porque hemos entregado todo. Hoy, sólo hay que hablar de este partido", la tiró al córner.
Eso sí, fue claro en algo. "El partido fue muy áspero, muy rudo. Todo el mundo sabía que iba a ser así. Hay que buscar defender el fútbol sabiendo lo que puede pasar. Fue incómodo jugar un partido sabiendo que estaba flotando esa sensación de que se iba a pitar algo", cerró el entrenador.
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