Un problema de aquellos se armó en la previa de Rusia 2018. Todo por la suspensión del encuentro que se iba a disputar en Jerusalén este sábado 9 de junio entre Israel y Argentina.
Un encuentro que es utilizado como "cábala" trasandina desde 1986 cuando el combinado dirigido por Diego Maradona goleó 7 -2 en Tel Aviv antes de disputar el mundial en México. Desde ahí que se repite el match en la previa a la cita.
Sin embargo en esta ocasión el tema fue más allá. Las constantes amenazas de muerte del grupo terrorista Hamas contra los jugadores de la albicelestes, en especial a Messi y su familia fueron demasiado. Por lo que la AFA prefirió bajarse antes de lamentar una desgracia mayor.
Esta decisión indignó al pueblo israelí y prendió las alarmas al aumentar las opciones de que esta actitud pueda ser imitada por otros.
"Es desafortunado que los caballeros del fútbol de Argentina no resistieran la presión de los incitadores al odio contra Israel, aquellos cuyo único objetivo es dañar nuestro derecho básico a la autodefensa", afirmó el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu. Incluso llamó al presidente che Mauricio Macri para que se disputara el encuentro. Aunque esto de poco y nada sirvió.
Hasta una nueva ocasión
Para calmar los animos el presidente de la AFA, Claudio "Chiqui" Tapia salió a hablar ante los medios.
Una conferencia que comenzó enfatizando que "la suspensión del partido es un como un aporte a la paz mundial". Además agregó que "se agotaron todas las instancias para poder jugar el partido.
"Quiero Pedirles disculpas a todos los israelíes que sacaron las entradas. Dejamos abierta la posibilidad de hacer acciones juntos en el futuro, en Israel o en otras partes del mundo", cerró.