El flamante DT de la selección nacional desmintió cualquier marginación del capitán, y se molestó con la prensa que lo esperaba en el aeropuerto.
No lleva ni una semana en el cargo, pero Eduardo Berizzo ya protagonizó su primer enfrentamiento con la prensa. Ocurrió este jueves, cuando el técnico argentino y el plantel que compone su primera nómina al frente de La Roja llegaron al Aeropuerto Arturo Merino Benítez para viajar rumbo a Corea del Sur, para disputar la Copa Kirin.
Entonces, se le preguntó por el tema de Claudio Bravo. Rebobinemos: hace unos días, el diario La Tercera publicó un artículo en el que aseguraban que el “Toto” no contaría de aquí en más con el guardameta del Real Betis.
¿Los motivos? “Según comentan en Juan Pinto Durán, el rendimiento de Bravo ha decrecido en un 30%. Tiene menos fuerza, físico y reflejos que antes, revelan. No es una evaluación antojadiza, ya que así lo han establecido las mediciones del GPS del meta en la Roja”, revelaron en el medio.
Y fiel a su estilo, el capitán respondió citando la publicación en su cuenta de Twitter: “¿No será que alguien me quiere sacar a toda costa? Podrían ser más serios y profesionales y mostrar esa medición de GPS. Jamás en toda mi carrera he utilizado GPS para entrenar y jugar. Y si perdiera capacidad como dicen, no me hubieran extendido mi contrato en Europa. LIAR”, escribió.
“Más seriedad y respeto. Que estas cosas no las regalan. Se consiguen con mucho trabajo y estando al 100%. Dejen que el tiempo y las circunstancias hagan lo demás, pero sin mentir a la verdad”, agregó en otro tuit.
De eso se le consultó a Berizzo. Y al argentino no le gustó nada. “No es real, yo no hablé de él. No hay ninguna polémica, no pasa nada”, dijo enojado, sin muchas ganas de conversar con la prensa.
De hecho, luego dijo fuerte y claro: “Déjenme pasar, déjenme tranquilo, no quiero dar declaraciones, esto no es común”.