Hubo una notable disparidad de criterios entre el árbitro principal y sus asistentes por video…
El tumulto se originó tan pronto como Rodrigo Aliendro se desplomó sobre el gramado, mientras gritaba de dolor. Unos segundos antes, primeros minutos del complemento, el defensor de Nacional Leandro Lozano quiso impedir que su rival trepara por la banda izquierda y lo cruzó sin medir consecuencias. Con los dos pies adelante, se llevó puesta la pelota y al volante de River Plate. Preocupados por su compañero, jugadores del elenco argentino enseguida fueron a pedirle explicaciones al zaguero, y en respuesta, los uruguayos salieron en su defensa. Después, empujones e insultos, lo de costumbre. Una batalla campal que tuvo como agregado el golpe de puño —a traición— que Franco Romero le propinó a Paulo Díaz.
Entonces, Wagner Reway, encargado del VAR, llamó al réferi principal del compromiso, el brasileño Anderson Daronco, para revisar las imágenes y reconsiderar la amarilla que le enseñó a Lozano o su decisión de no reconvenir formalmente a ningún jugador tras la escaramuza. Pero increíblemente no pasó nada, el árbitro se mantuvo firme en sus veredictos.
“El VAR, en su chequeo protocolar, utilizando ángulos, velocidades y consideraciones correctas, analiza ambas acciones e identifica la primera como una tarjeta roja por juego brusco grave y la segunda como una conducta violenta, por lo que llama al árbitro a una revisión en campo”, explicó hace un rato nomás la Conmebol, que difundió el audio y los videos para esclarecer la polémica. Sin embargo, “éste, luego de ver las imágenes del monitor, decide mantener la tarjeta amarilla mostrada inicialmente y decide amonestar al jugador de blanco por el golpe en la cara del rival”.
“Cabe destacar que según el protocolo VAR es el árbitro el responsable de la decisión final después de cada revisión”, cierra el organismo, dejando al descubierto la disparidad de criterios entre los encargados de la asistencia por vídeo y el árbitro principal.
En las imágenes publicadas en YouTube, se puede apreciar cómo Daronco considera que Lozano fue “fuerte, pero al balón” contra Aliendro, de modo que resuelve “amarilla para el 14″.
En cuanto al golpe que sufrió el defensa de La Roja, la respuesta sorprende todavía más. “Está en cámara lenta, tengo que ver más rápido”, pidió inicialmente. “Lo del número cinco no me cierra para tarjeta roja”, soltó al poco andar. Es decir, pese a las indicaciones del VAR, el brasileño les avisó: “Estoy pensado en mantener la amarilla y mostrar amarilla al cinco. Para el cinco amarilla para mí y al catorce mantengo la amarilla”.