Aunque su nombre fue opción para la “U”, Colo Colo e inclusive La Roja, el DT no fue requerido por ningún equipo de primera división.
No es sencillo explicar el devenir de Jaime García. Haber liderado una campaña histórica con Ñublense, alcanzando la segunda posición y clasificándose a Copa Libertadores, parecía apenas el despegue: su nombre, desde entonces, solía repetirse como alternativa para los clubes más importantes de la capital y, por si fuera poco, no fueron pocos quienes lo postularon para suceder a Eduardo Berizzo en La Roja. El propio Arturo Vidal se entusiasmó con la idea y lo destacó como “un entrenador que se está preocupando mucho de mejorar”. En efecto, por esos días García continuaba con su gira de capacitación por Europa, donde se reunió con algunos de los “dorados” de la selección y visitó las instalaciones de clubes gigantescos. Era el entrenador chileno del momento.
Pero algo se atravesó en su camino.
En diciembre, después de una dolorosa derrota ante Huachipato, los hinchas de Ñublense las emprendieron contra su reemplazante en el banco: Hernán Caputto. Lo acusaron de ratón, de desarmar un equipo que venía de hacer las cosas muy bien. Lo insultaron y pidieron de regreso a García. Entonces, acorralado por un grupo de simpatizantes y sin saber que lo grababan, el exarquero se salió de madres: “¿El indisciplinado de García? ¿El que chupaba con los jugadores?”.
Claro, en cuestión de horas Caputto se retractó, pidió disculpas públicas por medio de redes sociales y se comunicó personalmente con el DT para explicarse. Pero el daño ya estaba hecho y, todo indica, parece haber sido el principio del ocaso. A día de hoy, García no fue requerido por ningún equipo de primera división. Y a menos que haya alguna salida de última hora, se mantendrá así por un tiempo.
“No quiero hablar con nadie. Estoy con pena. Me siento mal y desilusionado. Estoy dedicado a mi madre y nada más”, se confesó el entrenador en un incómodo diálogo con La Tercera.
Es más, de inmediato aseguró haber tomado distancia del fútbol: “Me arranqué un poco de todo, porque quiero tener paz, tranquilidad. No quiero aparecer en la prensa, tampoco. Estoy desilusionado de eso”.
Y en cuanto fue interrogado por las palabras de Caputto, dijo lo siguiente:
“No voy a hablar nada. Estoy tratando de estar bien. Si todos se preguntan el porqué (no está dirigiendo), yo también. Las estadísticas hablan. De lo que hablan los demás no me puedo hacer cargo. El fútbol es difícil. Ser técnico es difícil y verdad hay una sola. Soy un técnico que ha respetado a todos. Soy de una línea y la respeto. He hecho las cosas bien, súper bien”.
“Las razones deben ser futbolísticas. De lo otro no me voy a hacer cargo”, añadió, sin mencionar directamente las palabras que pronunciaron en su contra.
Finalmente, García sostuvo que probablemente le pasó la cuenta “ser tan frontal”, pero sugiere que “mientras no le falte el respeto a alguien y no mienta, seguiré siendo igual”. “No le hecho mal a nadie. Las estadísticas están ahí. Algo le aporté al fútbol. Lo humano no lo voy a perder nunca. Nunca le falté el respeto a algún dirigente. Desde cadetes he actuado con altura de miras. No me voy a callar nunca. Lo mío es intransable”.
Lee más en La Cuarta:
—”Saca a pasear a tu hielera…”: el feroz troleo de la “U” después de superar a la UC