Si bien más bajo que su improvisado contendiente, el iquiqueño no habría tenido mayores dificultades para hacerse respetar. Gonzalo Jara contó los detalles.
Que es iquiqueño y fanático de Deportes Iquique. Que lo descubrió un veedor de Huachipato en una gira por Los Ángeles y por eso debutó en el sur. Que cumplió su sueño de jugar en los Dragones Celestes y, puntero endemoniado, embajador chileno de la gambeta, al poco tiempo sedujo a la “U”. Que fue campeón un domingo de junio, parte de la mayor remontada de la historia de nuestra liga. Que lo dirigió Maradona en Emiratos Árabes, que deslumbró en Huracán y al fútbol mexicano. Que abrió y cerró el siete a cero de La Roja sobre el Tri. Que regresó a Chile para ser tricampeón con Universidad Católica. Que ahora, en el crepúsculo de su vida laboral, llevó a su Iquique a la preLibertadores. Todas esas cosas se saben de Edson Puch.
Pero hay otras —como expuso ayer Gonzalo Jara, su excompañero en Huachipato— que estaban bien guardadas.
Antes del sorteo de Copa Libertadores, el equipo de Pelota Parada conversó con Arnaldo Espínola, exzaguero central paraguayo, campeón con Universidad de Chile en 2004 y con un breve paso por Huachipato dos años después. Y, tras el contacto, fue el turno de Jara:
“Tiene un buen recuerdo de Edson Puch, hay una historia muy buena ahí”, soltó deprisa, entre risas.
Entonces, ante la insistencia del panel, accedió a contarla:
“Edson lo boxeó. Edson era joven, dieciséis, diecisiete años en esa época, y ya estaba en el primer equipo de Huachipato. ¡Lo noqueó! A piso se fue Arnaldo. Arnaldo, midiendo lo que mide y todo. En esa época, el profesor Arturo Salah estaba un poco molesto. Con lluvia, en Huachipato entrenábamos en el complejo que había, un par de metros antes del estadio, en las canchas de futsal. Y ahí se picó la cosa un poquito. Edson siempre fue un poco habilidoso y Arnaldo ahí… Pero lo boxeó de verdad y lo dejó inconsciente”.