El exrepresentante del 10 denunció que la AFA se alineó con la FIFA. “No podíamos hacer nada”, sostuvo.
Han pasado ya 29 años. De hecho, se cumplieron hace unos pocos días. Pero el recuerdo sigue allí, fresco, intacto, para siempre. Porque no son pocos los argentinos que aún consideran que en ese Mundial, el de Estados Unidos en 1994, debió levantarse la tercera. Había motivos de sobra para ilusionarse: Fernando Redondo, Claudio Caniggia, Diego Simeone y Gabriel Batistuta componían una selección colmada de estrellas, liderada además por su máximo ídolo, Diego Maradona.
Pero todo se cayó a pedazos el 25 de junio, cuando en la segunda fecha, luego del triunfo de la Albiceleste sobre Nigeria por 2 tantos a 1, una enfermera —Sue Ellen Carpenter— ingresó al campo de juego del Foxboro Stadium y buscó al 10. Lo tomó cariñosamente de la mano y lo llevó al consultorio para que se sometiera al control antidóping.
Según reza la normativa FIFA, las cuatro encargadas de acompañar a los futbolistas al testeo debían esperar afuera de la línea de cal. Por eso llamó tanto la atención que irrumpiera Carpenter de golpe. Las sospechas se hicieron realidad unos días después: la efedrina bajó a Maradona del certamen y la selección del “Coco” Basile no supo reponerse del golpe. Fue el último partido del “Pelusa” con la Albiceleste. Luego sus compañeros cayeron ante Rumania en octavos de final.
La defensa del astro estableció que su entrenador personal, Daniel Cerrini, había comprado por error unas pastillas que contenían efedrina, componente prohibido en el deporte rey. Pero no hubo caso. Maradona luego lo inmortalizó en una frase: “Me cortaron las piernas”.
El representante de Maradona al ataque
Ahora, a casi tres décadas del episodio, el exrepresentante del ídolo, Daniel Bolotnicoff, se descargó:
“Sólo nosotros respaldábamos a Diego, porque la AFA estaba alineada con la FIFA”, señaló en un diálogo con Infobae.
El agente apunta a la contraprueba que se le hizo horas más tarde al futbolista. Para “trazar una estrategia sobre qué hacer o qué dejar de hacer”, viajaron él, Roberto Peidró —segundo médico del plantel—, Santiago Agricol de Bianchetti —abogado de la AFA— y David Pintado —dirigente de River—; aunque de poco sirvió: a Maradona lo enviaron directo “sin la posibilidad de hablar y sin un plan de la AFA ni nada”.
De hecho, lo único que se les ocurrió fue intentar anular la contraprueba luego de divisar un cartelito en un frasco. “No parecía una irregularidad, no es que estaba adulterado, pero ese cartelito no debía estar allí. Entonces nosotros pedimos un cuarto intermedio y pensábamos mantenerlo para que fuera largo para después poder anular todo el procedimiento”, sostuvo Bolotnicoff. Pero no consiguieron su objetivo.
Habiéndose hecho el control, la idea del representante era pelear por una apelación, de modo que se reunió con Julio Grondona, presidente del fútbol argentino, para barajar opciones.
Lo que no esperaba es que el mandamás les cerrara las puertas: “Le pido el acta de suspensión de Diego para apelarla, para meter un recurso, y ahí Grondona me dice que no, que no hay ninguna suspensión. ‘¿Cómo que no hay ninguna suspensión?’, le pregunté, y me dijo ‘no, yo lo retiré del equipo’”.
“Como dijo Diego, nos cortaron las piernas a todos, porque no podíamos hacer nada”, concluyó Bolotnicoff.
Y finalmente acusó:
“La AFA se alineó a la oficialidad, para decirlo con claridad. Era la AFA, la FIFA, y nosotros, tratando de defender al jugador. Terminó, evidentemente, negociando con la FIFA de que si no había discusión y lo retiraba a Diego, no pasaba nada. Evidentemente, negoció eso”.
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