En una entrevista que reflotó hace unas horas, el flamante asesor de Azul Azul fue consultado por la opción de incurrir en un acto de soborno, y aunque aseguró que no lo ha hecho nunca, aparentemente tampoco le cerró las puertas...
Desde hace un par de semanas el nombre de Mauricio Etcheverry volvió a aparecer con fuerza en el fútbol chileno. La ex mano derecha de Sergio Jadue, expresidente de la ANFP confeso por corrupción, es ahora el nuevo asesor de Azul Azul, concesionaria que maneja el destino de la Universidad de Chile. La idea de su fichaje es servir al “Romántico Viajero” en materias de logística.
Así las cosas, por ejemplo, durante la última semana, se dijo que Etcheverry se habría reunido en las oficinas de la ANFP con la Comisión de Árbitros conducida por Patricio Basualto.
Pues bien, en medio de toda la polémica que despertó su arribo, producto de su historial, a uno de los clubes más grandes del balompié local, en las últimas horas se reflotó una entrevista que el asesor concedió el pasado mes de noviembre al programa Estadio lleno de Mi Radio, de La Serena.
Allí, el exfutbolista Felipe Flores Quijada, de recordados pasos por Deportes La Serena y Coquimbo Unido, le consultó a Etcheverry por la posibilidad de aceptar un soborno, a propósito de lo que ocurrió con su amigo personal, Sergio Jadue. Y el asesor dejó la puerta abierta:
“No me lo ofrecieron, qué sé yo. Nunca se sabe. El ser humano tiene diferentes tipos de reacciones en la vida. No sé qué hubiese pasado”, dijo de entrada, complicándose.
Luego, argumentó: “No he tenido la oportunidad de que me hayan tratado de coimear, entonces no sé si mi precio es uno, dos, tres, cuatro, cinco... o no hay precio. No lo sé. No he tenido la oportunidad de ponerme en esa disyuntiva. Y me imagino que a Sergio se le encontró el valor y ese valor lo aceptó”.
Más tarde, volvió a aclarar que pese a su amistad con Jadue, no conocía lo que había detrás: “El tema de los sobornos era de los presidentes de las federaciones, y Sergio Jadue fue uno de ellos. Él tomó la decisión de recibirlos y me imagino que no me lo habrá dicho por dos motivos: uno por vergüenza, para cuidarme; o para no darme la mitad. Qué sé yo”.
Finalmente, como suele hacer en cada una de sus entrevistas, el asesor volvió a indicar que él no tiene nada que ver y es completamente inocente.
“Ten la certeza de que si yo hubiese tenido alguna cosa que ver en algún tipo de soborno, ya sea fuera o en Chile, no estaría conversando contigo acá. Porque me dieron vuelta entero, y no solamente a mí sino que también a mi mamá, a mi papá que en ese tiempo estaba vivo, a mi hermana, a mis hijos. Y la verdad es que yo no tenía nada que esconder”.
“Fui liberado y exonerado de toda culpa a menos de un año de la historia, pero eso no es noticia”, completó.