Jaime Valdés entró en el segundo tiempo y le cambió la cara al equipo de Macul. A fin de año se sentará a negociar y avisó que "uno quiere seguir, pero no depende de mí".
Durante años, Jaime Valdés ha sido el socio ideal de Esteban Paredes, y en el palpitómetro albo es uno de los más aplaudidos por los fanáticos. Por eso, cuando el DT Mario Salas lo mandó a la banca para el Superclásico, "Pajarito" sintió rabia, pena y todas las emociones que únicamente se superan al pisar la champa.
El volante entró en el minuto 46 y de inmediato le cambió la cara al equipo, generando peligro y dando libertad a sus compañeros de mediocampo hacia arriba. Si hasta el festejo del empate, el grito de guerra del Cacique, emocionó a sus pares. Y claro, lo vivió como una final, porque perfectamente pudo ser su último derby.
"Todos saben lo importante que es este partido y las ganas que uno tiene. Yo quería jugar, lamentablemente el DT tomó otra decisión y hay que aceptar", comentó "Pajarito", quien finaliza su contrato con el club en diciembre, momento en el que definirá su futuro.
"Ahí conversaremos con los dirigentes, veremos qué pasa. Uno tiene las ganas de seguir, pero eso no depende de mí, depende de la institución, del técnico. Sabía que podía ser mi último clásico y por eso quería ser titular. Metí ganas en el segundo tiempo, pero no es lo mismo", añadió Valdés.
Al final, el alboadicto de 38 años tuvo palabras para el rival, y en lugar de darle en el suelo, indicó que "la 'U' hizo un buen partido, presionó bien y se puso en ventaja, pero luego entramos con otra actitud. Lo logramos y después lo empataron con un gran gol, pero en el último minuto lo ganamos. Qué mejor que ganar con gol de Esteban".