Corría el minuto 72 y rondaba el nerviosismo en Collao, ya que Unión Española le ganaba por 2-0 a Everton y el empate entre Huachipato y Colo Colo obligaba a los albos a jugar una final de definición frente a los hispanos. Obviamente eso revivía el fantasma del torneo pasado, donde no pudieron derrotar a Antofagasta, entregándole el título a la "U".
Eso hasta que el juvenil Benjamín Berrios agarró las banderas, se metió al área de Huachi y antes de caerse sacó un centro que rebotó en la humanidad de Nicolás Baeza, lo que provocó que el juez Julio Bascuñán cobrara un polémico penal interpretando que la pelota pegó en el brazo abierto del lateral. Aunque para muchos rebotó en su axila.
El certero penal de Valdés
Con toda la responsabilidad sobre sus hombros y un estadio Ester Roa Rebolledo teñido de blanco, Jaime Valdes agarró la pelota, la puso en el punto penal y miró fijo al portero Carlos Lampe.
Con toda la sangre fría del mundo, el "Pajarito" fusiló con un pencazo cruzado al portero boliviano, decretando así el 1 a 0 a favor del Cacique y abrió el camino a la goleada que finalmente le dio el título 32 a Colo Colo.
Por su parte, el "20" sumó otro tanto en su cuenta personal, erigiéndose como el goleador del Cacique en el Transición con seis goles.
Un honor que comparte con el histórico Esteban Paredes, que también llegó a las mismas anotaciones.
Aunque no sólo con goles picoteó el "Pájaro", para seguir alimentando su leyenda de figura fundamental le sirvió en bandeja el gol a Octavio Rivero. Claro, porque ocho minutos después del penal y aprovechando un contragolpe, metió un pase profundo al pepero charrúa, que entró al área y anotó el 2-0, timbrando así el triunfazo albo.
Para que los miles de garreros le dieran un homenaje, Valdés salió reemplazado por Gonzalo Fierro a siete minutos del final, generando una tremenda ovación.
Ya con el título en el bolsillo, el "Pajarito" se cambió de camiseta y se puso una tricota negra de su marca de ropa, "CAC1KE", con la leyenda "Campeón 32. Eternos". Recién salida del horno como regalo navideño. Con esa polera fue uno de los primeros en tocar y besar la copa, para luego dar la vuelta olímpica.