En octubre del 2016, camino al Mundial de Rusia, Ecuador derrotó sin contratiempos a La Roja. Sin embargo, sobre el final, hubo una escena que se robó toda la atención.
El delantero ecuatoriano Enner Valencia, de 33 años, anotó los dos goles de su selección en el debut ante Qatar por el Mundial, y se convirtió en el goleador histórico de su selección en la máxima cita.
Su actuación, de inmediato revivió en redes sociales una historia que protagonizó para las Eliminatorias de Rusia 2018. Fue en un partido ante Chile disputado en Quito, donde los locales se impusieron cómodamente por 3 a 0, el 6 de octubre del 2016.
Mientras los dirigidos por Juan Antonio Pizzi digerían la derrota a pocos minutos del final, en el 38′ del segundo tiempo, el artillero se dejó caer al suelo, aparentemente exhausto por el esfuerzo físico. Rapidamente fue atendido por el cuerpo médico de su selección, quienes se lo llevaron en camilla hasta la ambulancia.
Sin embargo, mientras el jugador se iba recostado hacia el vehículo, un grupo de policías corría por la pista atlética detrás del futbolista antes de que fuera subido. Finalmente, logró huir.
¿Pero por qué el escape? Se había emitido una orden de detención en su contra, a causa de una manutención impaga de unos US$17.000, cifra que adeudada a su hija mayor tras cuatro meses impagos.
La policía había intentado detener al jugador en los días previos, durante una de las jornadas de entrenamiento, y también probaron suerte en la llegada del equipo al Estadio Olímpico de Atahualpa.
Un doblete
Horas después de aquel episodio, el periodista Andrés Muñoz Araneda, de Radio Activa, que estuvo esa tarde en la cancha, relató a BBC Mundo que unos minutos antes de que el jugador se dejara caer al pasto, “un grupo de policías ingreso al anillo atlético del estadio dirigiéndose a la zona del banco ecuatoriano”. Luego, continuó, “cuando Valencia fue retirado en el carro camilla, los policías de inmediato empezaron a custodiarlo”.
En eso, distintos dirigentes y suplentes ecuatorianos se metieron para intervenir, y “mientras discutían, el carro-camilla tomó velocidad y avanzó directo a la ambulancia mientras algunos de los policías, a paso medio, lo seguían desde atrás”, remató.
Lo que no sabían el jugador ni los uniformados, es que aquella tarde de jueves, minutos antes de que Valencia abandonara el recinto, una jueza Martha Guerrero había revocado la orden de detención contra el artillero.
El representante del jugador que por aquel entonces se desempeñaba en el Everton FC, Gonzalo Vargas, informó la decisión de que “quedó sin efecto la orden de detención que pesaba en su contra”.
Este cambio fue atribuido a la “benevolencia de la jueza” y, por lo tanto, Valencia pudo viajar hasta La Paz para disputar la fecha siguiente contra Bolivia, encuentro que empataron a 2, siendo ambas conquistas ecuatorianas anotadas por el propio goleador; una de ellas, de hecho, en los últimos minutos de encuentro.