Este lunes se cumplen 60 años desde que inició la cita planetaria en nuestro país, la del histórico tercer lugar, y el recinto ubicado en Vitacura se propuso ofrecer un tributo para perpetuar la gesta. Se trata de una exhibición con más de 140 piezas, que incluye camisetas y zapatos de la época, el bolillero y otros documentos considerados joyitas. Como para no olvidar. El diario pop estuvo en la inauguración, que contó con Harold Mayne-Nicholls como curador oficial, Los Ramblers y, por supuesto, los héroes que todavía nos acompañan.
Hacerles un cariño al alma, resumió muy bien Gonzalo Fouillioux;
El periodista de TNT Sports, hijo de Alberto, precisamente uno de los héroes de 1962, fue el primero en trepar hasta el escenario que dispuso para la ocasión el Museo de la Moda, y allí, apenas pasado el mediodía, frente a más de un centenar de invitados —seleccionados nacionales de diferentes etapas, familiares, autoridades, actores y actrices, periodistas y, por cierto, los sobrevivientes del mayor hito deportivo de nuestro fútbol: el tercer lugar del Mundo— presentó este tributo en formato de exhibición. Una exhibición que ofrece 140 piezas históricas con la misión de perpetuar un hito no menos grandioso que improbable, y en el caso de las nuevas generaciones, enseñar de lo que fue capaz un plantel histórico.
Claro, en 1956 Chile conquistó la sede para organizar el séptimo Mundial de Fútbol, acordado para seis años más tarde, escenario que obligó, por ejemplo, la modernización del sistema de transportes, de telecomunicaciones y de infraestructura deportiva del país. El terremoto de Valdivia, que en mayo de 1960 prácticamente destruyó el sur, amenazó con sepultar cualquier opción de celebrar el certamen. Pero no se cedió. Había que cumplir con la palabra empeñada, estimó el Presidente Alessandri, de modo que se readecuó la planificación, cambiaron las sedes del torneo y, contra todo pronóstico producto del escaso tiempo, el 30 de mayo de 1962 empezó a rodar la pelotita en nuestros pastos. Esa Roja, comandada por Fernando Riera desde la banca, Don Leonel, Sergio Navarro, Jorge Toro, Honorino Landa y Eladio Rojas, entre otros, obtuvo un bronce que se sigue percibiendo acaso como una gesta irrepetible. Por eso, a sesenta años, el recinto ubicado en Vitacura se propuso recordar un evento que revolucionó todo:
—Chile es un país tan dividido socialmente, políticamente, que es espantoso, es muy triste, y creo que el Mundial (el de 1962) refleja que se puede unir a través de algo sano —tomó la palabra Jorge Yarur, director del Museo de la Moda, responsable de sacar adelante la actividad.
Le siguieron las autoridades: la alcaldesa Camila Merino; el Gobernador de la Región Metropolitana, Claudio Orrego; Alberto Núñez, director de la ANFP, y el presidente del Comité Olímpico de Chile, Miguel Ángel Mujica. Y más tarde, como curador oficial de la muestra, el expresidente del ente rector del balompié local, Harold Mayne-Nicholls, dedicó algunas palabras:
—Desde joven, he tenido posibilidades de cumplir distintas misiones, de todo tipo y de diferentes temas. No recuerdo alguna que me haya puesto especialmente nervioso, hasta que hace un par de meses atrás, acá en el museo, me preguntaron si podía ser el curador de la exhibición del Mundial de 1962. El entusiasmo y el orgullo no impidió darme cuenta que ahora sí tenía una responsabilidad que provocaría cosquilleo —arrancó.
Luego, Mayne-Nicholls se preguntó: ¿y si hubiera entrado la chilena de Honorino? ¿Te imaginas, no hubieran expulsado a Leonel? Lamentó, también, la ausencia del “Sapo” Livingstone y que “Cua-Cuá” Hormazábal no entendiera. Recordó las palabras de sus familiares, cafés que compartió con futbolistas. Las anécdotas que fue recabando en su carrera como periodista. Las revistas. Sus conversaciones con Fernando Riera. “Qué delicia era compartir con él”. En rigor, el exdirigente del fútbol nacional hizo un sentido repaso por un logro que a su juicio devino en leyenda. Y concluyó, como homenaje al directivo y acaso principal responsable de traer la cita planetaria a nuestro país: “No me cabe duda que el mejor de la historia de nuestro deporte, a distancia sideral de cualquier otro, es Carlos Dittborn Pinto (...), en Chile no ha habido otro igual. Junto a sus actos y acciones, la historia no oficial señala que dejó una frase imposible de no acuñar: porque no tenemos nada, queremos hacerlo todo”.
Finalmente, subió al escenario el eterno capitán, símbolo de la Universidad de Chile y de La Roja, Don Sergio Navarro, uno de los cuatro héroes —Jorge Toro, Manuel Astorga y Humberto Cruz completan la nómina— que asistieron a la muestra:
—Estamos viviendo un momento de emoción, donde la gente después de tantos años recordó ese evento deportivo donde Chile lució y sacó la cara, no defraudó a un país. Junto con esa alegría, a mí me invade un poco la pena, el dolor por los compañeros que ya no están, partiendo por tu papá, gran amigo mío —le dijo Navarro a Gonzalo Fouillioux, y luego lo abrazó entre los aplausos de los presentes—.
“La gente no imaginaba que se iba a reunir un grupo de diferentes clubes que iban a tener un comportamiento más intenso que una familia (...), se hizo un grupo tan unido que me da pena pensar en los que ya no están. Tengo en mi mente a todos, porque hay un dicho que dice que el olvido es el que verdaderamente mata. La gente no muere, lo mata la gente que los olvida. Y nosotros no vamos a olvidar jamás a nuestros compañeros”, emocionó luego a los presentes.
Entonces, tras el testimonio del gran capitán del 62, llegó la hora de inaugurar la exhibición. Mientras algunos acompañaban a Harold Mayne-Nicholls para recorrer un pedazo grande de nuestra propia leyenda futbolística, Los Ramblers subieron al escenario para interpretar “El rock del Mundial”, la canción oficial del certamen, y algunos de sus éxitos. Waldo Ponce, seleccionado de Sudáfrica 2010, Jaime Pizarro, Héctor Pinto y los protagonistas de 1962, en tanto, se repartían para hablar con los medios presentes, y agradecer esta suerte de rescate histórico.
Adentro, en las salas dispuestas por el Museo de la Moda, historia pura: “La colección incluye platos conmemorativos con logotipo del Mundial y dibujos de figuras emblemáticas como Carlos Dittborn, Leonel Sánchez, Fernando Riera y Sergio Navarro. También afiches oficiales del Campeonato Mundial de Fútbol 1962 y de la sede de Rancagua; banderines oficiales, incluyendo uno firmado por la selección alemana; camisetas oficiales usadas por distintos jugadores; buzos, fotografías y zapatos de fútbol originales, además de una amplia colección de revistas de la época”, precisó el curador de turno.
A continuación, algunas de las joyas:
- Camisetas de la selección chilena (1962)
- Usadas por Misael Escuti, Luis Eyzaguirre y Leonel Sánchez.
- Zapatos de fútbol (1962)
- Usados por Honorino Landa, Jaime Ramírez y Mario Zagallo (Brasil, a la postre campeón).
- Acta de inauguración del Estadio Nacional de Santiago (1938)
- Fue inaugurado por el Presidente Arturo Alessandri Palma.
- Diploma de tercer lugar de Chile en Mundial de Fútbol Chile 1962.
- Pertenece a la colección de la ANFP.
¿Dónde puedo ver la exhibición?
“La colección más grande del país del Mundial de 1962″, como explicó Jorge Yarur, abrirá sus puertas al público este lunes 30 de mayo, cuando se cumplen seis décadas exactas desde que se comenzó a disputar el certamen en Chile.
Estará habilitada desde las 10.00 a las 18.00 horas, y se podrá visitar todos los días de la próxima semana en el Museo de la Moda (Av. Vitacura 4562).
Como una suerte de regalo, en su primer día, este lunes, se podrá asistir de manera gratuita.
Desde el martes 31 de mayo, la entrada se podrá adquirir desde el sistema PuntoTicket con un valor de $9.200, con un 50% de descuento para los hombres mayores de 65 años y mujeres mayores de 60. Misma oferta para los estudiantes con carnet. Y en el caso de los menores de 12 años, pueden ingresar gratuitamente.
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