“¿De verdad hay gente a la que le hace gracia algo así?”, se preguntó una leyenda del Liverpool inglés, en relación a los gestos del arquero argentino tras ser campeón del Mundo.
En Argentina lo llegaron a llamar “El Messi del arco” y le atribuyen un trozo grande de la obtención de la tercera Copa del Mundo, particularmente gracias a su serie de penales ante Países Bajos, la tapada final ante Kolo Muani en la final y el penal que le contuvo a Aurelien Tchouameni. Emiliano Martínez, desde entonces, es uno de los futbolistas más queridos del otro lado de la cordillera. Inclusive, una cadena de hamburguesas le dedicó un combo…
Sin embargo, el “Dibu” sólo es profeta en su tierra. Afuera, sobre todo en Europa, es visto de otra manera, producto de algunas actitudes y gestos que tuvo tras salir campeón. Por ejemplo, haber celebrado con un bebé con la cara de Mbappé… o bien, apenas recibido el Guante de Oro, haberlo ubicado entre sus genitales.
En Francia, por ejemplo, le pidieron explícitamente a la FIFA que le quite el galardón. En Inglaterra, liga en la que se desempeña actualmente, son varias las exestrellas que han criticado con dureza su actuar. Y precisamente desde allí llegó la última opinión sobre el golero:
“Gran parte del debate posterior a la final de la Copa del Mundo se ha centrado en el comportamiento de Martínez durante la tanda de penales. Puedo aceptar esas payasadas, hasta cierto punto”, señaló de entrada Graeme Souness, una leyenda del Liverpool y de la selección de Escocia.
Pero más tarde, arremetió con todo: “Lo que deberíamos hablar más es del grosero gesto que hizo tras recoger su trofeo de mejor portero del torneo”.
“Su conducta al intentar intimidar a los rivales antes de que lanzaran sus penales ha dividido claramente a la opinión pública. Donde Martínez traspasó la línea fue cuando lanzó lejos el balón de Aurélien Tchouameni”, volvió a la carga Souness.
Al respecto, precisó que “hay que respetar a los demás en la cancha. No se trata de ganar a toda costa, hay un límite de lo que puedes hacer”.
“¿De verdad hay gente a la que le hace gracia algo así?”, se preguntó luego el exfutbolista.
Y cerró: “Martínez se avergonzó a sí mismo y avergonzó a su país. Parecía un payaso vulgar. Si quiere que lo recuerden por eso, que Dios nos ayude a todos. Me gusta como portero, en Argentina y en el Aston Villa. Pero que piense que lo que hizo fue apropiado, es increíble”.
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