Tras el quinto cara a cara en la Inspección del Trabajo no sólo no hubo acuerdo, sino que el capitán entró en cólera sobre todo con el vice de B&N. Las partes volverán a verse.
Quinta reunión. En este rincón Blanco y Negro y en el otro los jugadores de Colo Colo en el ring de la Inspección del Trabajo. ¿Y? Hubo cariñitos, pero de esos que duelen, porque luego que Esteban Paredes alzó la voz la sangre, de alguna manera, volvió a llegar al río.
Es que en esta verdadera teleserie venezolana en que se convirtió la lucha por las lucas entre la concesionaria y el plantel, las partes cedieron. Con dolor, pero lo hicieron. Y mientras B&N subió del 50 al 83 el porcentaje de devolución de las platas que quiere retener, los cracks aguantaron que ese retorno, incluso, sea hasta el 2023.
Peeeero, porque siempre hay un "pero", luego de que Harold Mayne-Nicholls advirtiera que si no hay pipa de la paz el club tendrá que acogerse a la Ley de la Protección del Empleo nomás, Paredes se sacó la mascarilla y vació todo el odio que ha acumulado en estas semanas, sobre todo contra el ex jefe de la ANFP y hoy vicepresidente ejecutivo de los albos.
El capitán, de hecho, dijo que es difícil negociar con un gallo que "recién lleva seis meses y se apoderó del club", en un palo que no se lo mandó a decir con nadie al mejor amigo de Bielsa.
Murió la flor
A la cumbre en la Inspección ayer llegaron Harold y los jugadores más jineteados del Cacique. Hubo hasta pizzas porque la cita se alargó. Y después del round, el goleador histórico de Chile se desahogó, partiendo porque Aníbal Mosa no fue a darle la cara.
"Yo después de esto voy a seguir siendo Esteban Paredes, y voy a dar todo por el club, pero me habría encatado una mediación con Mosa", dijo el "7", ultra dolido porque en esta historia han quedado como la mona.
"Acá nos quisieron dejar mal parados... y duele cuando tiran a ídolos de Colo Colo a pelar con otros ídolos y es un show para la gente. En vez de unirnos, nos hacen pelear", agregó Paredes, quien en la práctica admitió que el plantel propuso ceder los premios de la Copa Libertadores y hasta la Sudamericana a cambio de que no sólo los jugadores recuperen las lucas, sino que también los funcionarios.
"Estamos luchando por los 25 jugadores y los 70 trabajadores del club. A ellos les impusieron firmar un acuerdo", dijo el toqui del equipo, quien incluso no sabe lo que va a pasar con él, sobre todo porque "llevo 11 años en el club y no me voy a ir con un finiquito", como dando a entender que la flor murió.
