El ídolo albo cumplió su deber cívico en el colegio Presidente Germán Riesco Errázuriz, de Maipú, donde recibió a miles de fanáticos dispuestos a todo por una selfie.
Patricio Yáñez Salgado (38) llegó ayer por primera vez en su vida a votar al colegio Presidente Germán Riesco Errázuriz de Maipú pasado el mediodía. A esa hora, ya había fila desde las 8 de la mañana para poder obtener una fotografía con Esteban Paredes, vocal de mesa en la mesa 103M. Para su suerte, era la misma en la cual debía sufragar este hincha albo, quien de paso reconoció que el 7 de Colo Colo es su ídolo de toda la vida.
"Nunca antes había votado, me enteré por la prensa hace unos días que Esteban sería vocal de mesa, después saqué la cuenta y justo era la misma mesa en la que votaba yo. La contingencia misma y lo sucedido durante este último año en Chile me motivó a participar esta vez de este proceso", dijo el fanático que con facilidad superó las 4 horas en el lugar. De ese tiempo, usó solo 45 minutos para votar, el resto fue para admirar de cerca a Esteban Efraín.
"Además de una camiseta, Paredes también se dio el tiempo de firmarme la tarjeta BIP! que ocupé para venir hasta acá y con la que habitualmente me muevo cuando me toca trabajar de guardia de seguridad", agregó el Pato Yáñez maipucino, nombre que se lo puso su padre en honor al gol de Patricio Nazario a Paraguay en 1981.
El Pato no fue el único que tuvo la fortuna de sacarse una foto con el ídolo albo, ya que miles de personas -del colegio y desde otros lugares- se trasladaron para formar una fila que era más larga que la de los votantes. "En 2017 también me había sacado una foto con él. Sabía que lo vería, entonces tipo 9:30 me tocó mi turno y pude registrar nuevamente ese momento, aunque no como la otra vez que pudo tomar mi celular y sacar él mismo la foto, pues por el distanciamiento social debió ser más a la rápida", contó Gustavo Téllez (39).
A pesar del calor, la gran cantidad de personas y sus obligaciones cívicas, Paredes accedió amablemente a cada una de las fotografías, aunque en la tarde se instaló una malla "anti-selfie" para protegerlo, la que sirvió para disipar algunas personas que declinaron de seguir esperando su turno.