La polémica del momento en el fútbol chileno es el doping positivo que dio el arquero de Antofagasta, ex meta de los tres equipos "grandes" y también ex campeón de la Copa América 2015, Paulo Garcés, quien habría consumido dimetilbutilamina -quemador de grasa- en el pasado encuentro entre el cuadro Puma y O'Higgins.
Mientras está suspendido temporalmente y arriesgando dos años de castigo como máximo, Garcés salió a enfrentar el tema y dio la cara en el noticiario central de TVN, donde defendió su honra y prometió ponerle el pecho a las balas.
"Con todo esto mi nombre se ensucia y es lo que quiero limpiar. Voy a llegar a todas las instancias con abogados para sacar esto a flote y estar jugando pronto. Pensé que lo había vivido todo en el fútbol, pero faltaba esto. Tengo la tranquilidad de que no hice nada malo. Fue una sustancia que tomé con el consentimiento de los doctores del club. A la postre salió esta sustancia que no estaba en el rotulado y que salió positivo en el examen", afirmó el "Halcón", quien al conocer la noticia pensó en colgar los guantes y retirarse del fútbol a los 33 años.
De hecho, Garcés confesó que "fue lo primero que se me vino a la cabeza", pero con el correr de las horas y teniendo la convicción de ser inocente, decidió continuar luchando para demostrar su inocencia.
"Pensé en dejar esto, pero luego me puse a pensar en mi familia, mis hijos, mi señora y no me gustaría que ellos vieran que me voy del fútbol así. La verdad no tengo nada que esconder", remató el arquero.