El exdelantero brasileño, luego de que su país negara la extradición en noviembre de 2022, quiere volver a las canchas…
En enero de 2022, Robinho, el otrora delantero del Real Madrid y Manchester City, emblema del Santos y uno de los mejores jugadores que recuerde la selección brasileña en los últimos años, hizo noticia por un terrible episodio alejado de las canchas: fue condenado a nueve años de cárcel por el Tribunal Supremo de Italia.
Se le acusaba, entonces, por cargos de violencia sexual. Más precisamente, por participar en una violación en grupo a una joven en una discoteca en Milán en 2013, según informaron en su momento los medios italianos.
Como era de esperar, esa resolución le costó también su carrera. En 2020, tras haber jugado su último partido oficial por el Istanbul Basaksehir de Turquía, Robinho había vuelto a Brasil para enlistarse en el Santos, cuadro que lo vio nacer. Pero entonces explotó la acusación y se rompió el acuerdo. El futbolista se quedó sin club y en consecuencia debió colgar los botines.
Pero ahora quiere volver.
A sus 38 años, pese a la condena que pesa en su contra, luego de que el pasado noviembre Brasil rechazara el pedido de extradición, Robinho se propuso volver a vestir de corto y está buscando equipo. De hecho, ya cuenta con algunos pretendientes…
Los interesados
UOL reveló que Portuguesa Santista, que disputa actualmente la A-2 del Campeonato Paulista, se contactó con el polémico artillero.
“Hablamos sobre la posibilidad de ficharlo. Tiene este problema y tuvimos una conversación superficial. No fue una propuesta oficial y no nos dio una respuesta, pero lo consideramos. Es un gran jugador”, confirmó el vicepresidente del club, Emerson Coelho.
“Nosotros seguimos con nuestra vida y él con la suya. Ojalá resuelva su vida en la parte legal. Para Portugués Santista tener a Robinho sería muy bueno, pero solo tuvimos una conversación”, completó.
El Brasilense, de la Serie D, es otra opción que apareció en escena y que maneja Robinho. De momento, son meras especulaciones pero en Brasil ya levanta polémica. ¿Pegará la vuelta?
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