El delantero y la concesionaria se vieron las caras en el Juzgado de Letras del Trabajo de San Miguel. También concurrieron abogados de Colón de Santa Fe, que respaldaron la tesis de la "U".
Más de siete horas duró el primer cara cara entre Mauricio Pinilla y la concesionaria de Azul Azul, tras la polémica salida del delantero en julio pasado y su frustrado traspaso a Colón de Santa Fe.
Pasada las 10 y media de la mañana llegó el atacante de 34 años, acompañado de su esposa y su abogado Alejandro Cáriz. Casi a la misma hora, pero en la otra vereda, asomaron Eduardo Álamos, gerente general de Azul Azul, junto a Ronald Fuentes, gerente deportivo y testigo en el caso.
Tras iniciar la sesión, el primer testigo en declarar fue Julio Cereceda, asesor tributario de "Pinigol", quien el 27 de julio viajó en compañía de Mauricio Valenzuela, representante del futbolista, rumbo a Argentina, para negociar el contrato con el club santafesino.
Según su declaración, el acuerdo fracasó debido a que el sueldo que especificaba en el vínculo era en bruto y no líquido como exigía el ariete. Ante aquello, Mauricio Pinilla se negó a aceptar la oferta, pese a que anteriormente había firmado un contrato por compra venta de derechos federativos, en el que ambos equipos estuvieron en pleno acuerdo.
Tras la negativa, desde Azul Azul argumentaron que una vez realizado el traspaso, el jugador quedaba liberado y ya no pertenecía a la institución. Ronald Fuentes defendió la postura de la institución. "Cuando existe un mutuo acuerdo entre las tres partes, uno da por aceptado que el jugador queda desvinculado, pero extrañamente Mauricio no quiso firmar el finiquito cuando ya había cedido los derechos federativos a Colón", señaló.
Por otra parte, el club trasandino tampoco quedó ajeno a la disputa legal. Juan Andrés Saliva, abogado de José Vignatti, presidente de los "sabaleros" y asesor de la institución, se hizo presente en el estrado para entregar la versión sabalera. "Nosotros teníamos casi todo listo y acordado para que el jugador se hiciera presente ese mismo fin de semana, pero a última hora se negó porque quería que el contrato estuviera libre de impuestos", indicó.
Palos de vuelta. Tras un receso, el abogado Cariz admitió que en ningún momento Azul Azul exigió al jugador que firmara el finiquito. "La concesionaria estaba en todo su derecho de obligar aquello, pero no lo hizo", agregó. Mientras que el defensor de la dirigencia laica respondió que una vez aceptado el acuerdo de palabras, por obviedad se debió realizar el finiquito sin necesidad de aviso, además de precisar que el club quedó en un mal pie con todos los actores.
La "U" quedó acorralada con todo esto, ya que si hacía jugar a Pinilla contra Antofagasta, Colón los demandaba también por no cumplimiento de los compromisos", agregó.
A eso de las 17:45 horas finalizó la audiencia, que tendrá su batalla final el próximo 30 de noviembre, donde se resolverá definitivamente si la demanda interpuesta por "Pinigol" tendrá un final feliz. Al menos para el futbolista, quien no pudo declarar tras petición de Azul Azul, se mostró con fe de cara al veredicto final. "Fue bastante agotador todo, nadie quería llegar a estas instancias, pero estamos muy confiados de lo realizado. Somos conscientes de que actuamos de buena fe, así que nos vamos tranquilos", cerró.