Javiera Román: "Es como un pololeo, pero con los motores"

Javiera Román se convirtió en la primera mujer campeona del Rally Mobil y en sus inicios tuvo que sortear la oposición de sus padres: se fue de la casa y su ex pareja también la obligó a elegir.

Cómo rectificar el cigüeñal o detectar las fallas de un alternador es, por lo general, un misterio en el mundo femenino. Y un cacho, además. Pero para Javiera Román siempre fue más emocionante que un viaje, un buen libro, el estreno de una película o alguna venta de liquidación. Y ese amor por las tuercas por fin trajo resultados con un podio histórico en el Rally Mobil.

Ocurrió el fin de semana en la sexta fecha de la competencia nacional, entre Río Bueno y La Unión. Ahí la navegante logró el primer lugar junto al piloto argentino Martín Scuncio, en la categoría R2 (binomio Point Cola Racing). Algo impensado a sus 28 años, y más considerando los obstáculos que tuvo que sortear en sus inicios, incluyendo la oposición de sus padres.

"Era la hija de la casa, querían que me dedicara a otra cosa. Incluso, entré a estudiar ingeniería civil en la U. de Conce, me echaba ramos, di bote varios años. Claro que igual asistía a eventos de autos, me metí a trabajar de promotora, buscaba la forma de estar cerca. Un día se me ocurrió decir que quería estudiar mecánica automotriz... ¡y cero posibilidad!", explicó la penquista.

-¿Y qué pasó luego?

- A escondidas seguí vinculada, mis papás estaban enojadísimos conmigo, todos me odiaban, fue súper duro. Me tuve que ir de la casa. Partí a Osorno, pololeaba con un chico que vivía allá. Fueron dos años lejos de mi familia.

-Al menos tuviste libertad para dedicarte a lo que querías...

- Mmm, la verdad es que me pidió que eligiera, porque no me iba a apoyar. Y elegí el rally. Dejé a mis papás y luego a la persona que quería. Estuve desde el 2016 en Osorno, y este año volví a mi casa.

-No es menor terminar una relación por el rally...

- Igual lo entendí, quizás buscaba otro tipo de mujer y se respeta. En su momento no fue bueno, pero lo agradezco ahora. Me di cuenta que amaba las tuercas y podía dejarlo todo.

-¿Cómo fue ese encuentro con tus padres?

- Me recibieron con los brazos abiertos, pidieron perdón por no dejarme ser y fueron a todas las carreras. Es más, siempre recuerdo que mi mamá me dijo una vez que iba a dejar mi carrera y que sería una muerta de hambre. Le contesté que sería la muerta de hambre más feliz del mundo.

-Y ahora con un título...

- Yo decía que lo que voy a contar, nadie más lo haría. Nunca habrá otra "primera" en esto. Yo fui campeona después de más de cuarenta años de historia del certamen.

-¿Y a futuro?

- Estoy estudiando ingeniería mecánica en vehículos automotrices y sistemas electrónicos en Inacap, que me ha apoyado increíblemente. Tengo la mitad de la malla lista, convalidé ramos. Y claro, debemos terminar el rally en noviembre, se viene el Motorshow en Santiago y nos queda una en el Regional.

-Y siempre junto a Scuncio.

- ¡Ufff! Es un tremendo piloto, somos una buena dupla, hay complicidad. Llevamos poco más de un año, me contrató como una empleada más. Yo solamente soy navegante. Del equipo depende si sigo o no, o si subimos de categoría. No sé en realidad. Lo único que tengo claro es que quiero ser la mejor, a cualquier costo. Me mueve la pasión, es como una relación de pareja, pero con los motores.

-Lo último... ¿Animalista y amante de los dulces?

- Así es. Tengo seis perros y dos gatos, y prefiero no almorzar para comer tres chocolates gigantes. Por eso me mato entrenando. Lo hago para poder comer como chancha, jajajá.

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