Fue en 2012, a los 33 años, cuando Beñat San José, actual técnico de la Universidad Católica, decidió dejar San Sebastián (España), y las juveniles de su amada Real Sociedad, para agarrar su mochila y emprender una aventura que lo marcaría para siempre: ser entrenador en Arabia Saudita.
Desde ese paso comenzó a florecer su carrera. Se convirtió en el técnico más joven en debutar en esa liga, y pronto pasó desde el Al-Ittihad al Al-Ettifaq, uno de los equipos más importantes del país. Una trayectoria exitosa en Asia, pero en 2015 volvió a armar maletas porque un nuevo destino llamaba a su puerta: Chile.
"A pesar de mi juventud, porque terminé muy pronto mi carrera como jugador, yo llevaba estudiando mucho tiempo en España. Me preparé demasiado. Entonces sentía, cuando estaba en la cantera de la Real Sociedad, que quería agarrar jugadores profesionales. Sabía que era difícil", comentó San José a La Cuarta.
- ¿Qué hace que un técnico joven salga de donde se juega el mejor fútbol para agarrar la mochila en busca de un rumbo?
Sabía que también había otras culturas futbolísticas que me podían dar la oportunidad de dirigir y también de enriquecerme como entrenador. Si bien Europa y España están en la cima del fútbol, eso no quiere decir que en otros continentes no te puedas enriquecer. Yo estuve en Asia y ahora en Sudamérica y siento que me he enriquecido muchísimo y es un factor importante.
- ¿La familia cómo toma sus viajes?
No estoy casado, pero tengo mí pareja, la familia, mis sobrinos y todo mí entorno que uno quiere tanto. Es muy duro para ellos. En lo personal es un tema que me toca bastante, porque prácticamente he estado cuatro o cinco años solo y yo siento que todo el esfuerzo, todo el sacrificio, lo merecen los clubes que me han contratado, quienes han creído en mí.
- Y el otro lado...
Quizás mí familia no merecía tanto sacrificio que he hecho, porque he estado alejado por temas profesionales. He perdido muchos días, muchos meses, muchas Navidades, muchos crecimientos de mis sobrinos, de todo. Uno llega después de tiempo a la casa, como me pasó en esta Navidad, uno lo nota y es muy duro.
Admiración por Bielsa y Sampaoli
Después de un exitoso paso por Arabia, San José recibió una oferta desde el lejano Chile y no lo pensó mucho antes de aceptar.
- ¿Conocía de Chile al venir desde Asia para dirigir Antofagasta?
Con un muy buen amigo que se llama Sebastián Delgado hablamos de Chile. A mí me gustaba mucho lo que hizo Bielsa, lo que estaba haciendo Sampaoli, que era asombroso y magnífico, y el gran talento del jugador chileno. Llegó un momento para venir acá y yo decidí estar estudiando el fútbol, viendo en directo y por computador.
Salió una reunión, concretamente con Antofagasta, don Jorge Sánchez, que es un presidente que admiro mucho y estoy muy agradecido porque me trajo para Sudamérica y creyó en mi. Yo tenía estudiado el equipo, me entusiasmé, se reunieron conmigo un par de veces, me pidieron un plan de trabajo y les gustó la idea. Así fue mi arribo a Chile.
- ¿Le sorprendió lo que encontró?
No me sorprendió el talento del jugador porque eso ya se veía. Imposible que un país que da tan buenos jugadores a Europa en la liga no los encuentre. Seguro que hay. Es una cuna de talentos, por eso no me sorprendió.
- Pese a sonar en equipos grandes de Chile, por qué decide ir a Bolivar... Se habló, pero el que finalmente se pronunció fue Bolivar.
Para mí no hay barreras ni países. Todos somos personas, esto es fútbol y donde vayas hay sus características. En cada lado su idiosincracia, pero para mí ir a Bolivar era ir a ganar títulos. Ir a un grande de un país, al más grande, a uno de los históricos de Sudamérica, era el reto de pelear por todo y yo tenía muchas ganas de eso.
- Allá fue bicampeón, pero cuando llegó el equipo venía de una campaña regular, tal como pasa ahora que toma la Católica...
Es una relación bastante bien estudiada de tu parte, porque fue así. Me tocó un grande en una situación complicada porque quedaron muy mal. Sabes que en esa situación el ambiente es complejo, pero me gustaba mucho ese reto porque era un gran salto para mí. Y luego, después de conseguir los objetivos, sentí que terminó una etapa, la que era maravillosa poder seguir, pero fue muy duro en lo deportivo y también en lo emocional dejarla.
- ¿Dejó mucho allá?
En La Paz vivía muy bien, tenía amigos y dejé gente que quiero mucho. Pero Católica para mí era una etapa buena, distinta, aunque el equipo viniera mal. Venir a Católica era venir a un grande y, por mucho que viniera de una mala temporada, me enfocaba en el talento de los jugadores.
- ¿Por eso ocupa su fórmula de unir a sus jugadores como hermanos?
Están bastante bien, es un buen grupo, son chicos muy humanos y muy profesionales. Para mí los futbolistas son lo más importante, porque son los actores principales, son los que dejan la piel en la cancha por todos nosotros y esto no es tenis. En el tenis es uno contra uno, máximo dos contra dos, pero el fútbol es de 11. Más los que están esperando, además de los no convocados, donde muchos se merecen ir pero hay un número que respetar, no se puede llevar a más. El fútbol es un deporte maravilloso, muy complejo, que está guiado por un grupo.
- ¿Sueña algún día con volver a casa?
Para ir a Europa tienes que estar muy preparado y en un grupo top de entrenadores. La Real Sociedad es mi casa, mi cuna, es mi hogar, es mi ciudad, es donde mí abuelo de pequeño me llevaba a ver los partidos. Conozco a todo el mundo, he estado de jugador, de entrenador y siempre estaré dispuesto a aportar al club, pero soy consciente que dar el salto a Europa es muy complejo.
La verdad, sinceramente, no es un objetivo ni una prisa que tengo, por dos motivos: primero, en Sudamérica me estoy enriqueciendo mucho, estoy conociendo países maravillosos, gente espectacular. Hay cosas buenas en Europa que aquí no hay, pero aquí hay cosas muy buenas que allá no hay. Luego, está el tema de centrarme al 100% y agradecer al club que me ha contratado, entonces te digo que no es objetivo prioritario volver a Europa.
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