El histórico arquero nacional se justificó por haberse ausentado de los amistosos previos al estreno en las eliminatorias y cree que La Roja no es un tema del pasado.
Finalmente Claudio Bravo habló.
El arquero del Real Betis, histórico capitán de La Roja y, por cierto, el principal ausente en las primeras dos nóminas de Eduardo Berizzo con miras a los duelos eliminatorios, recogió el guante luego de que el entrenador argentino admitiera que prescindió de sus servicios por “su negativa de venir en la fecha FIFA pasada”, es decir, a los amistosos previos al estreno de la selección en este proceso, con motivo de privilegiar sus vacaciones familiares.
Desde España, y en conversación con TVN, el bicampeón de América aclaró que sabe de antemano que “hay una persona encargada de llevar a quien quiera en una citación, en una nómina, en un once”, sin embargo, enseguida se declaró sorprendido por “la sensación de malestar que puedan tener hacia mi persona”, sobre todo porque en ambas ocasiones reservaron su nombre. “Eso sí me sorprende, el trato más que nada”.
Más tarde, Bravo dilucidó que “cuando pasó todo esto, fui yo el que llamé. Fui yo el que cogí el teléfono. Fui yo el que comuniqué lo que tenía pensado en ese entonces, que era avisar en un periodo que no había citaciones ni nóminas”.
De modo que, de acuerdo a su relato, tomó los resguardos necesarios para evitar la polémica que en definitiva se generó. Dijo el meta que concretamente preguntó “si iba a ser convocado o no” pero le contestaron “que no me podían dar esa información”. “Por ende, yo opto por lo familiar que es lo principal en mi vida”.
Luego, interrogado por si acaso siente que le están pasando la cuenta por otras razones, Bravo fue cauto: “No quiero pensar más allá, porque pensar más allá es escarbar más cosas y eso no me gusta. Pero sí es lo que te explicaba: me deja tranquilo el saber lo que tengo que hacer en cada cosa donde tengo que estar”.
Finalmente, el 1 del Betis cree que La Roja sigue ahí, que no es ni por asomo un tema del pasado:
“Los deseos de ayudar siempre han estado desde el día uno hasta que yo sienta que las cosas no las hago bien. Si sintiera eso, o que no seré un aporte, lógicamente lo diría: ‘No estoy preparado, no quiero ir, que las condiciones mías no son óptimas para ayudar desde fuera o compitiendo’. Pero es todo lo contrario”, fue su mensaje.
“Sé donde estoy y sé las cosas que me toca hacer en el día a día, las cosas que tengo que hacer en mi club y la valoración que tengo dentro de mi trabajo. Eso me genera tranquilidad”, completó.