El centrodelantero titular para Ricardo Gareca, quedó claro desde un inicio, es Eduardo Vargas.

Y Vargas, en parte, ha respondido a esa confianza: con el Tigre ha jugado trece partidos con un saldo de cinco tantos, a Albania en su redebut, otro a Paraguay en un amistoso, y después, a Bolivia, Brasil y Venezuela por los puntos.

El asunto es que el aporte del delantero —sin demasiado rodaje en su club— a veces no parece ser suficiente y tampoco es que haya un reemplazante claro. Ante los guaraníes, por ejemplo, Gareca probó con Fernando Zampedri, pentagoleador del fútbol chileno, y antes convocó a Nicolás Guerra o Steffan Pino, pero sin mayores resultados. Los dos últimos anotaron en un amistoso, pero luego no fueron considerados.

En dichas circunstancias, el gran ausente es Ben Brereton, delantero del Sheffield United que vio acción por última vez con La Roja en septiembre, apenas treinta y cinco minutos en la derrota a manos de Bolivia.

¿Por qué no es considerado desde entonces?

Para Juan Cristóbal Guarello la cosa es más simple de lo que parece: “El gringo le cae mal y no lo llama. Le cae mal, es de los pocos jugadores en una de las ligas más o menos competitivas que tenemos y no lo llama porque le cae mal”.

“El partido estaba para Ben, para una pelota al vacío y correr”, protestó luego. “Porque Aravena estaba sin fútbol, saliendo de una lesión, y lo pone por capricho, por una tincada. Y Vargas es suplente en Nacional, en una liga que puede ser la segunda división de Colombia”.

El periodista considera que Brereton, Carlos Palacios y Bruno Barticciotto deberían volver a Juan Pinto Durán.

“No garantizo que con Barticciotto y Brereton nos hubiese ido mejor, pero te aseguro que el margen de error hubiese sido menor que tener a Zampedri con un entrenamiento y medio”, cerró.