Chile se paró de igual a igual ante Uruguay y se estaba trayendo un punto de oro, pero el juez paragua Eber Aquino no cobró una mano clara y todo se derrumbó: pepa en los descuentos y derrota amarga.
El pesimismo que se vivía en Chile antes de que se iniciara el partido, se diluyó a los dos minutos: Alexis Sánchez encaró, buscó un espacio en medio de un bosque de piernas celestes y probó las manos del portero Martín Campaña.
Y si bien Federico Valverde nos dejó con el corazón en la mano a los 10', estrelló su remate en el travesaño, la Roja estaba bien parada en el mítico Centenario.
Pero el karma de lo que está pasando en el país persiguió a nuestra Selección y Nicolás Díaz cometió un error infantil, lo que permitió el arranque de Brian Rodríguez y la mano de Sebastián Vegas. ¿Penal? ¿Robo? ¿"Malacue"? Da lo mismo, porque Luis Suárez lo cambió por gol a los 38' y nos anotó su sexta diana en 8 encuentros de este tipo.
Maravilla. Con el marcador en contra y la historia nefasta que tenemos en la nación oriental, el derrotismo volvió a la fanaticada. Sin embargo, la orden de Reinaldo Rueda fue adelantar las líneas y buscar el empate. Fue así como Alexis remató, Nico Díaz reclamó un penal y la "Celeste" no encontraba la pelota.
Tanto así que Edu Vargas bajó un balón a Charles Aránguiz, el "Príncipe" habilitó a Sánchez y, tal como en Brasil 2014, el "Maravilla" se metió al área rival y con un tiro cruzado marcó la igualdad. Era el minuto 53 y desde las casas y los edificios se oyeron los gritos de desahogo, el ruido de la esperanza, las voces de la reconciliación con un equipo que parecía derrotado antes de jugar.
El choreo. Pero vino lo peor. Víctor Dávila ganó la banda derecha y centró para buscar a Alexis o a Vargas y Sebastián Coates detiene la pelota con la mano. Era penal. Tal como explicaba uno de los mejores árbitros que ha tenido este país, Carlos Chandía, en el descanso.
"Se cobra la pena máxima porque esta abortando con la mano, un centro que tiene la posibilidad de llegar a un adversario", detalló el ex hombre de negro. Y agregó que "antiguamente se consideraban otros factores, como la distancia de la mano al cuerpo o la reacción natural, pero ahora se modificó al criterio".
Pero el juez paraguayo, Eber Aquino, se hizo el leso y sus colegas en el VAR tampoco ayudaron. "La Conmebol está en Paraguay y tal vez sienten presión", la dejó clarita el también ex juez Pablo Pozo, que fue presidente del gremio de los de negro en este país honesto.
Sin embargo, ese no sería el balde de agua fría, pues en el minuto 92, Maxi Gómez baja un balón que despejaba Sierralta y con un remate imparable puso el 2-1 final y la consolidación de lo que desde ahora llamaremos el "robo Centenario".