Un Salvador Cabañas totalmente recuperado del baleo que sufrió en 2010 habla de su nueva vida como ayudante técnico, la larga recuperación y las enseñanzas tras el incidente en México.
El 25 de enero de 2010 es lejos el día más negro en la bitácora personal de Salvador Cabañas. Esa noche, el paraguayo sufrió un atentado que puso en riesgo su vida y que lo dejó con secuelas permanentes. Siete años más tarde, el ex jugador de Audax cuenta cómo ha sido esta nueva etapa.
"La recuperación ha sido bastante buena y, gracias a Dios, hoy he vuelto a trabajar en el fútbol, algo que quería hace tiempo. Ahora estoy en un momento diferente de mi vida. Tengo muchos proyectos en mente y he sentido mucho el cariño de la gente y de mi familia", explicó a La Cuarta.
-¿Dónde está trabajando?
Soy ayudante técnico de Pablo Caballero en el equipo Independiente de Paraguay. Me pone muy contento el hecho de seguir en el fútbol. Ya no soy jugador, pero me gusta lo que estoy haciendo, enseñando a los futbolistas y traspasando experiencias. Después de todo lo que ha ocurrido en estos años, lo que más quería era seguir ligado.
-Acá todavía se le recuerda mucho. ¿Qué saca de bueno de su paso por Chile?
Tengo los mejores recuerdos. Los chilenos siempre me han hecho sentir su cariño. Éramos un equipo muy unido, más chico que los grandes de Chile, pero hicimos buenas campañas. Además, fue mi primera transferencia al extranjero desde el club 12 de Octubre. Me dieron la chance de jugar y mucha confianza para lo que vendría en el futuro. Desde ahí salté a Chiapas y luego al América.
-¿Es cierto que estuvo muy cerca de llegar a U. de Chile?
Los dirigentes se pusieron en contacto con mi club, pero finalmente no se apuraron. Luego, el presidente de Audax en ese entonces, Valentín Cantergiani, se decidió y puso el dinero para la transferencia.
-¿Y cómo fue esa experiencia?
Fue muy valioso. Era la primera vez que salía de Paraguay y aprendí mucho. Eso es, precisamente, lo que quiero transmitir ahora a los jugadores, dentro y fuera de la cancha.
El incidente
Cabañas se toma su tiempo para hablar de aquella fatídica noche. Sin embargo, habla con lucidez de lo ocurrido en el tristemente famoso "Bar Bar" y, sobre todo, de las motivaciones que rodearon el atentado.
-¿De aquella noche en Ciudad de México, qué recuerda?
Bueno, lo he dicho en otras ocasiones... Estaba en el bar, entré al baño y esa persona (El "JJ", un peligroso narcotraficante) me comenzó a increpar y después me disparó. Después quedé en coma.
-¿Se arrepiente de algo de lo que hizo?
No, nada. No actué mal. Si retrocediera el tiempo, hubiese hecho lo mismo. Tanto en mi vida personal, como en lo deportivo. Logré todo lo que quería.
-Eso ocurrió cerca del Mundial de Sudáfrica 2010...
Así es, unos pocos meses antes. Después de todo, yo creo que me dispararon para que no fuera al Mundial. No sabemos qué pensar al respeto, pero todas las investigaciones apuntaron a eso. Yo estaba en mi mejor momento, había interés de algunos clubes europeos por tenerme (incluso se hablaba de Manchester United) y tal vez podía ser un peligro para muchas selecciones.
Sin secuelas
Pese a aquello, Cabañas dice que no guardar rencor por lo ocurrido, y agradece al club América de México por el importante papel que jugó en todos estos años.
-¿Ha vuelto a México?
Varias veces, siempre recibo invitaciones y también dejé muchos amigos por allá, incluso he jugado algunos partidos en la playa, porque tengo algunas cosas en Cancún.
-¿La federación paraguaya no se portó bien con usted?
Eso no ha sido tan así. Me han ayudado mucho, pero quienes se portaron mejor fueron los dirigentes del club América. Ellos pagaron toda mi recuperación. Estuve más de seis meses en el hospital. Yo quería volver a jugar para retribuir algo de lo que habían hecho, pero no se pudo.
-¿Y todo el dinero se acabó?
La plata se fue terminando. Tuve que volver a Paraguay para arreglar algunas situaciones, pero lo importante es que ahora no tengo secuelas. Seguiré en el fútbol, es mi pasión.