¡Qué no dijeron del pobre! Que estaba guatón, que su cabeza es un resbalín de piojos y que con esa pinta con chaqueta, camisa abierta y jeans ajustados parecía novio de torta. Y, tal vez, tanta crítica en algo repercutió en la cabeza coquipelada de Jorge Sampaoli, que ayer retomó su amor al escudo, la bandera y el amateurismo con el buzo de la selección albiceleste. La decisión, para muchos, fue un acierto porque Argentina al fin logró su primer triunfo mundialista.
Y aunque en la prensa trasandina lo siguieron reventando, restándole méritos porque las flores se las terminó llevando Messi y Rojo por sus goles, el estratega cumplió con la cábala: Uso buzo pitillo y caminó más que Kung Fu en la zona técnica albiceleste.
El glamour de los trajes hechos a la medida quedó atrás y la pasión desmedida por los colores patrios regresó a la cancha, tal como lo hacía el 2011, cuando dirigía a los azules y conquistó la cima del continente en la Copa Sudamericana.
Si hasta sus declaraciones hicieron que muchos recordaran a ese adiestrador humilde que conocimos cuando esta década recién comenzaba. "Los jugadores jugaron con el corazón y mucha rebeldía. Esto seguramente fortalecerá las chances de cara al futuro", se mandó en la conferencia posterior a la clasificación. A la misma que llegó un poco cansado, después del carrerón desenfrenado que se mando tras la pepa del defensor del Manchester United.
Celebración que los fanáticos del Bulla emularon con la que se mandó en el estadio Monumental, cuando perdían el Superclásico ante Colo Colo y un autogol de Osmar Molinas le entregó el empate a dos goles.
"Don Sampa" estaba de regreso y analizó el tenso encuentro ante Nigeria como nos tenía acostumbrados. Sin soberbia. Reconociendo que lo había pasado mal y que estuvo a punto de sacarse el pitillo para entregárselo a los miles de hinchas del otro lado de la cordillera que hasta el minuto 87' pedían su cabeza.
"Se dio el plan de partido. Hicimos un primer tiempo en el que superamos en el juego a Nigeria, controlamos mucho desde la posesión de balón. Después se complicó todo con el penal y el sufrimiento de estar afuera hizo que se desate la alegría en el final", se sinceró el casildense.
El gesto de Messi
Claro que la historia del hombre que salió campeón de América con la Roja cambió para siempre en el minuto 15 del encuentro.
Sesenta segundos antes, Lio Messi aparecía por fin en Rusia y marcaba un golazo que seguro estará en todos los ranking de esta cita planetaria. El "Pulga" lo celebraba con todo y tras alzar las manos al cielo, para agradecer que "Dios está con nosotros", fue hasta la banca para saludar a su actual jefe.
"El gesto de Leo conmigo me dejó orgulloso, porque él sabe muy bien la pasión que le pongo a lo que hago. La cantidad de días que me ha tocado verlo y compartir con él la previa del Mundial, él sabe que estamos compartiendo nuestro sueño de venir a Rusia por algo importante para Argentina", agradeció el DT.
Y luego se retiró a preparar el duelo ante Francia (sábado a las 10 de la mañana), donde nuevamente volverá a dejar el terno en el closet. Hay que respetar la cábala.