El goleador ha demostrado estar más vigente que nunca en la B. Pero aun así, no todo es tan sencillo…
Tiene 42 años recién cumplidos, pero se siente como si tuviera varios menos. Humberto Suazo —el Chupete, el hombre venido del Planeta Gol, el segundo máximo goleador histórico del Monterrey— se resiste al retiro y, digan lo que digan, sus números avalan ese veredicto: con nueve tantos en quince partidos es el actual goleador y pilar de San Luis de Quillota, cuadro que al término de la primera rueda lidera en solitario la Primera B y se ilusiona con ascender. Para él, en todo caso, si bien se reconoce alegre, lo futbolístico pasa a segundo plano. Lo que realmente lo mantiene bien, pletórico, es su núcleo familiar.
“Estoy muy contento de lo que hemos formado con mi señora”, admitió el goleador a Las Últimas Noticias, luego de una actividad en la Universidad San Sebastián. Y luego pasó al detalle: “Las gemelas están jugando al fútbol y haciendo lo que les gusta. Mi hijo más pequeño Chuy estuvo de cumpleaños hace poco y vive conmigo todo lo relacionado al fútbol, y el más grande está ya con sus estudios”.
Pero precisamente lo que envuelve a su hijo mayor, André, es tal vez su única “tristeza”. De acuerdo al matutino, hace unos días Chupete y compañía se trasladaron una vez más al aeropuerto para despedir allí al joven de 21 años. Su destino: Monterrey, ciudad donde su padre hizo historia en el cuadro más popular de la zona, y donde él está haciendo la suya desde hace unos años:
“Mi hijo está cumpliendo su sueño. Él siempre quiso irse a Monterrey y le ha ido muy bien en los estudios. Yo lo extraño, igual a veces me pone triste no poder tenerlo siempre cerca, pero yo estoy tranquilo porque lo veo muy feliz a él creciendo y preparándose para ser un profesional”.
André Suazo cursa fisioterapia en México y actualmente va por el cuarto año de carrera. En palabras de Chupete, “estamos con mi señora con el pecho inflado, je”.
“Siempre le gustó esa área porque también la enfoca hacia el deporte”, explicó Humberto, “y además en el colegio le gustaba el tema de salud o de medicina. Entonces, está realizando sus dos pasiones y le ha ido increíble”.
Echar de menos
Consultado por cómo lleva la distancia, pronto el Chupete se sinceró:
“Se echa de menos, por supuesto. Es que siempre hemos andado los seis para todos lados juntos, pero mi señora a veces lo va a ver con las niñas y yo me quedo con Chuy, y así nos vamos distribuyendo”.
El goleador también reconoció que intenta comunicarse a diario con su hijo mayor, pero trata de entender que “está haciendo su camino y para eso también necesita su espacio”. En las próximas semanas, eso sí, espera que André vuelva a Chile por unos días. Celebrará, entonces, con equipo completo.
Finalmente, de regreso al fútbol, ¿qué pasará con Chupete a fin de año? Estira la carrera o cuelga los botines. Él mismo respondió:
“¿Me quedo si subimos? Yo creo que esto es paso a paso. La Primera B está demasiado complicada, hay equipos que están compitiendo muy bien, así que no nos podemos relajar y no hay tiempo de pensar en lo que pasará después. Vamos partido a partido”.
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