Todo apunta a que Pablo Parra se convertirá en la primera incorporación del “Cacique” para el segundo semestre.
Se dijo que el “Torta” Óscar Opazo estaba al caer. Que su retorno desde Racing Club estaba prácticamente acordado. Que sería el primero y tal vez el único: en principio, si Colo Colo no avanza a la siguiente ronda de Copa Libertadores —hoy está con un pie afuera y necesita sumar para seguir con vida— los dirigentes no están convencidos de sumar más nombres a un plantel que consideran suficiente para pelear en el ámbito local.
Pero eso aparentemente se quedó en nada, y Gustavo Quinteros lo celebra a la distancia: Pablo Parra, volante procedente del Puebla de México, está en Chile y en las próximas horas se hará los exámenes médicos para firmar con el “Cacique”.
De acuerdo a la información de DaleAlbo, el futbolista “es del gusto total del entrenador, que ya lo había pedido en otros periodos de fichajes”.
Sin embargo, para abrochar su llegada será vital ese reconocimiento médico: Parra no disputa un encuentro desde febrero, y ya advirtieron a los albos que en México sufrió con las lesiones. De hecho, la última campaña apenas jugó ocho encuentros y marcó un solo tanto.
De todos modos, si todo sale de acuerdo a lo presupuestado, dicen en el portal partidario, Colo Colo se tomará unos días para hacer oficial la noticia, aunque lo cierto es que parece estar todo encaminado.
De pasado azul
Luego de sus pasos por Ñublense y Coquimbo Unido, las buenas actuaciones de Pablo Parra defendiendo la tricota de Cobreloa abrieron el apetito de la Universidad de Chile, que se convenció de firmarlo en 2019.
El volante, sin embargo, no pudo enseñar en el CDA lo que en Calama, y no tuvo muchas oportunidades. Además, esa temporada de los azules fue espantosa: se recuerda como el inicio de su debacle y estuvieron a las puertas del descenso.
Parra, al igual que buena parte de los futbolistas que conformaron ese plantel, dejaron pronto la institución. En su caso, volvió a Cobreloa, y tras un paso por Curicó Unido, se le abrieron las puertas del extranjero y de La Roja.
A sus 28 años, espera demostrar que tiene la madurez suficiente para, ahora sí, rendir en un equipo grande.
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