El exarquero de la U contó los motivos para esta difícil decisión, los cuales partieron con los tiempos del estallido social y la pandemia.
Durante cinco años, le metió tiempo y cabeza a su gimnasio Barberllbox, en Alonso de Córdova, comuna de Las Condes. Sin embargo, declaró: “Se murió la flor”, por lo que “se cierra un ciclo, pero se abre otro”.
¿Las razones? Según contó a LUN, el exarquero de la U ahora vive en Viña del Mar y, por lo tanto, “no tengo el tiempo que necesita”. Sin embargo, “como deportista siempre fue un sueño y lo pude cumplir”, lanzó.
A ese motivo se suma que su socio, quien posee 20% de la propiedad del gym, está con otra pega que lo tiene entusiasmado. Como sea, “obviamente que me da nostalgia, porque con familia lo disfrutamos mucho en su minuto”, admitió.
Al repasar la historia del local enfocado en crossfit, relató que “nos fue súper bien”. Sin embargo, “después llegó el estallido social y la pandemia, y fue difícil”. Eso sí, agregó, “ahora igual se reactivó y, los que saben, tiene claro que tiene mucho potencial”.
Casi metió la plata
El precio de la venta es algo que él prefiere guardarse para hablar cara a cara con los potenciales interesados, pero lo define como “conversable”.
“Se le entrega con la clientela, con una patente que cuesta mucho conseguir en Las Condes, y el lugar es bueno”, declaró. “El único detalle, por dónde esta ubicado, es el precio del arriendo, que no es barato pero lo vale”.
En su momento, por los buenos resultados, estuvo “a punto” de poner una franquicia, “pero no me atreví a agrandar el negocio”, explicó. “Mi mama siempre me decía que si te tiras muy grande de una, después duele más la caída, así que frene”.
Le ofrecieron instalar un lugar en un stripcenter en Lo Barnechea y en la Plaza San Enrique. “Y menos mal dije que no”, remató, “porque me habría quedado acachado con tres gimnasios en medio de un estallido social y después la pandemia”.