Jaime García, técnico de Los Diablos Rojos y uno de los principales impulsores de la llegada de “Garrita” a Chillán, lo cortó por una supuesta indisciplina.
Hubo alguna vez que Pablo Aránguiz fue considerado un jugador con inmensa proyección, una de esas “joyas” que no aparecen muy a menudo en el fútbol chileno y que deben cuidarse a toda costa. Desde que debutó en Independencia el 2015, de manera progresiva fue obsequiando pinceladas de su talento, que eventualmente le abrieron las puertas del extranjero: el FC Dallas de la Major League Soccer ganó su concurso y pagó un millón y medio de la moneda verde a Unión Española para llevárselo en 2018.
De su paso por Estados Unidos no se sabe mucho. Lo que sí, que Aránguiz no había perdido la chispa. Regresó a préstamo, primero, a Unión Española en 2019 y en diciembre dio el gran salto de su carrera: Universidad de Chile lo fue a buscar para juntarlo con Walter Damián Montillo.
Su gran inicio en el “Romántico Viajero” invitaba a pensar que ese paso timbraría el despegue definitivo. El propio Montillo, que a fin de año se retiró, decía que “Garrita” era el que debía sucederlo y agarrar la 10. Pero no. Una lesión —precisamente ante Unión Española— que lo mantuvo al margen por un par de meses resultó clave. No fue lo mismo al regreso. Y aunque la “U” ejecutó la opción de compra por la mitad de sus derechos económicos, que en 2021 Martín Lasarte lo llevó a la Copa América donde disputó un partido, no hubo caso.
Pese a las oportunidades que se le presentaron, no pudo asentarse nuevamente como titular en el cuadro azul, y es más, sumó más polémicas que buenas actuaciones. Así las cosas, Mauricio Pellegrino no contó con él para la presente campaña, y Aránguiz firmó en Ñublense. Jaime García, técnico de los chillanejos, no escondía su ilusión de recuperarlo.
Pero tampoco.
Una nueva indisciplina
Desde su llegada a Los Diablos Rojos, Pablo Aránguiz ha disputado once partidos, seis como titular, sin llenar el gusto de los hinchas, ni tampoco el de García, que era tal vez su principal defensor. De hecho, en los últimos dos partidos de Ñublense, el talentoso volante ni siquiera fue citado.
Consultado por los motivos, García fue claro: “Fue decisión técnica. Es temporal, hasta cuando yo decida que vuelva”.
AS Chile proporcionó más insumos para entenderlo:
“La mayoría de futbolistas que tienen familias en Santiago se van de Chillán cuando tienen horas libres. Se ponen de acuerdo y viajan en grupo. Se devuelven en la madrugada y llegan directo a entrenar”, informaron. Sin embargo, Aránguiz “se presentó en malas condiciones”. Un escenario que habría molestado a los más experimentados del plantel, como Lorenzo Reyes o Patricio Rubio.
¿Tendrá una nueva oportunidad Pablo Aránguiz? Todo parece depender de Jaime García. De momento, el elenco de Chillán no ha podido repetir lo hecho el año pasado, y deambula en la medianía de la tabla de posiciones. Viene de caer ante Huachipato, y aunque su próximo desafío es la Universidad de Chile, miran de reojo el enfrentamiento por Copa Libertadores del próximo miércoles contra Flamengo. Vaya a saber uno si “Garrita” puede ser solución…