Neymar y compañía entrenaban tranquilamente en Sochi, cuando la prensa brasileña detectó a varios hombres sobre los tejados de los hoteles colindantes. ¿Estaban espiando a los pentacampeones? Más bien todo lo contrario, pues cuidaban que no lo hicieran.
Así lo informó la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF), la cual catalogó a ese equipo de guardias como "un escuadrón anti- drones".
Claro que la idea no surgió del cuerpo técnico liderado por Tite o de alguna de sus estrellas, más bien fue la FIFA la que ofreció esta brigada a todas las naciones que participan del Mundial de Rusia y la CBF aceptó utilizarla.
La idea es que apenas aparezca el juguetito de moda sea desactivado electrónicamente y así caiga para que las imágenes captadas sean borradas por otra tropa, esta vez terrestre.
El escuadrón tiene por pega evitar que se tomen fotos desde los edificios aledaños y llevan un registro exhaustivo de quienes habitan en cada departamento o pieza de hotel, para que ningún pillín pueda ocupar dichos recintos.
El trauma de "Ney"
Y mientras se preocupan de los objetos voladores, Neymar sólo piensa en ganar la copa y ojalá a Alemania. Es más, el crack brasuca señaló que "me gustaría mucho jugar ese partido otra vez. Conmigo en el campo", a propósito que le preguntaron por el 7-1 que los arios le propinaron a la "Canarinha" el 2014.
La estrella del PSG también confesó que se sintió "quebrado" tras el desastre y agregó que "estaba consternado. Las expectativas en nuestro país eran casi inhumanas y ellos eran un adversario excelente".
Cabe recordar que el "10" no jugó ese encuentro, porque sufrió la ruptura de una vértebra en cuartos de final ante Colombia. No obstante, concluyó que, "fue una derrota enorme para mí, porque aunque no estaba en el campo fui parte del equipo".
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