Mientras el ex DT de la Sub 20 se refirió al insulto del defensa a un jugador venezolano, el sicólogo Enrique Aguayo recomendó el "diálogo".
Después del partido de Chile y Venezuela en el Sudamericano Sub 20, la imagen que quedó, más allá del pobre rendimiento nacional, fue la del defensa Nicolás Díaz gritándole al jugador de la "Vinotinto", Pablo Bonilla, que era un "muerto de hambre".
Una frase que, pensando en la situación del país caribeño, suena desubicada e hiriente. Por lo mismo, el hermano de Paulo Díaz se disculpó, evitando la denuncia de los llaneros. "Lamento mi reacción, no quería denigrar o insultar al pueblo venezolan", explicó el sub 20 en una carta.
El punto es que su frase levantó polvo, por lo que La Cuarta habló con el técnico que sabe cómo formar jugadores. Se trata de José Sulantay, mundialista en Holanda 2005 y Canadá 2007, quien dirigió a jugadores como "Chapa" Fuenzalida, Mati Fernández, Arturo Vidal, Gary Medel y Alexis Sánchez.
"Yo daba una charla diaria después de almuerzo, de todos los valores de la vida, principios, respeto, todo lo que se ha perdido", recuerda el profe, por lo que cree es un trabajo integral, más allá del técnico de turno: "Es tarea de todos los que han trabajado en las divisiones inferiores del fútbol chileno".
¿Cómo lo hubiese manejado, entonces? "No creo que me hubiera pasado lo de Díaz, porque todo esto yo se los hablaba en charlas. La parte psicológica en el deportista chileno es clave. Ponerse la camiseta del país es una presión. Jugar con su público, es una presión doble", agregó.
Diálogo o castigo. Justamente, la parte psicólogica, que está tan presente debido al caso de Juan Carlos Gaete en el Albo, es a lo que se refiere Enrique Aguayo, de la Sociedad Chilena de la Psicología del Deporte. "Si un jugador no sabe manejar bien sus emociones, entra en actitudes como esta", apunta.
Y el profesional agregó: "No es que él lo piense, son reacciones automáticas de las cuales muchas veces después las personas se arrepienten". Y sobre qué hacer con el jugador , añadió que "es díficil hacer un diagnóstisco sin estar ahí, pero cuando ocurren hechos así, se conversa con el jugador y el cuerpo técnico asume su rol".
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