La hinchada azul recién podrá acompañar de vuelta a su equipo en el compromiso ante Colo Colo.
La historia ya está más que contada y le pesa bastante a los azules: el pasado domingo 30 de abril, lo que debió ser una fiesta en el Ester Roa de Concepción, devino en una pesadilla para la inmensa mayoría de los hinchas, los dirigentes y para la propia Universidad de Chile. A los 32 minutos, un grupo de unos 20 barristas logró suspender el Clásico Universitario luego de lanzar bengalas desde la tribuna preferencial.
El árbitro Francisco Gilabert, de inmediato, al ver con complicaciones a uno de sus asistentes y a un camarógrafo de TNT Sports, por seguridad y como corresponde, decidió ponerle puntos suspensivos al compromiso, que por cierto todavía no tiene una fecha definida para continuarse.
Lo que sí se definió en las últimas horas fue el duro castigo que recibió la “U”. Como era de esperar, el Tribunal de Disciplina fue implacable y le asignó de manera unánime cuatro partidos sin público al “Romántico Viajero”. Es decir, sus próximos cuatro cotejos como local, frente a Cobresal, Palestino, O’Higgins y Curicó, serán a puertas cerradas.
¿Lo llamativo? El castigo se acaba justo antes del Superclásico. Es decir, la gente podrá volver a acompañar a los azules en el encuentro ante Colo Colo.
Sobre lo que resta del Clásico Universitario, según recogió La Tercera, en Quilín explicaron que “el Directorio en sesión extraordinaria ha decidido reprogramar el partido suspendido, en día, hora, lugar y sin público de acuerdo a la coordinación que se hará con la autoridad y que será informado a la brevedad”.