El periodista aclaró que “todo está acreditado en tribunales” y que este caso, que involucra a Leo Valencia, es apenas la punta del iceberg. “Hay algo que está podridísimo en el fútbol chileno”, opinó.
Tal como había prometido en la cuenta de Instagram del programa a toda su “King Kong Army”, ni bien acabó la paliza que le propinó a Colo Colo en Brasil América Mineiro, Juan Cristóbal Guarello encendió directo en su canal de YouTube para examinar a su modo, picante, directo, las claves del nuevo fracaso albo. Pero también, como spoileó en ese fragmento inicial, aportar más antecedentes al “reportaje excelente” que ofreció Fernando Agustín Tapia en Informe especial. “Yo voy a dar una prueba con nombre, con apellido, con todo; la influencia del representante en el camarín de la selección, y la presión para que algunos futbolistas firmen con él”, anunció.
La trama de la que hablaba Guarello involucra, claro, a Fernando Felicevich, pero también a un emblemático seleccionado nacional y a una expromesa que no terminó de explotar. Por un lado, está este último, Leonardo Valencia, hoy mediapunta del líder Cobresal, y después está el “Príncipe” Charles Aránguiz.
De acuerdo a la información que maneja el periodista, todo se remonta al millonario traspaso de Valencia al fútbol brasileño, más exactamente al Botafogo, hace unos años:
“Cuando estaba en Palestino en 2017″, inició su relato Guarello sobre el mediapunta surgido en la “U”, “estuvo en un gran momento; fue a jugar un torneo a China y jugó la Confederaciones en Rusia. En ese momento, lo tenía un empresario que se llama Edison Pereira, muy conocido. Llevó a Esteban Paredes a México y manejó a muchos jugadores importantes, como Reinaldo Navia, Salvador Cabañas y Hugo Droguett”.
Pero explica luego el comunicador, “cuando Valencia se empieza a cotizar, empieza a ser acosado en el camarín, y el que lleva la voz cantante es Charles Aránguiz”. Es más, como prueba, el ahora también youtuber puntualizó que “todo esto está acreditado en tribunales”.
“Es más, Aránguiz lo va a ver a su casa en Peñaflor. ¿Por qué Aránguiz, un jugador que estaba en Alemania ganando millones de dólares, reclutaba jugadores para Felicevich?”, se preguntó de inmediato.
Después Guarello retoma: “En la Copa Confederaciones juega dos partidos y hasta la final. Estaba ultra cotizado. Pereira le tenía cuatro ofertas, al menos. Entre ellas Botafogo, donde va finalmente. Arabia ofrecía dos millones de dólares al año. Una de Colo Colo que estaba lista. Si me quieren llevar a Tribunales lo puedo probar. Y llega a Santiago Leo Valencia, después que le comieron la cabeza”.
¿El resultado? “Se lo comieron con zapatos”, completó. “Termina dejando botado, pese al contrato firmado, a Edison Pereira. ¿Qué hace Felicevich? Agarra la propuesta de Botafogo y la toma como propia. Lo transfiere él porque se le da vuelta Leo Valencia convencido por otros jugadores”.
Las sospechas de Guarello
Para el comunicador, comentó en La hora de King Kong, este caso no es más que la punta del iceberg. Como presentó El cartel del gol en TVN con Bastián Roco, Guarello se cuestionó “cuántos jugadores más” deben atravesar un escenario idéntico.
“Esto es una práctica del fútbol chileno: una cosa es que Felicevich te diga que vas a Europa. Y otra que el camarín de la selección chilena se use para reclutar”, acusó más tarde, preocupado.
Y reveló una infidencia: “Cuando lo supe, inocentemente conté en La Tercera. Adivina a quién llamaron primero. Mientras el pandero estuvo repartido en la selección —Bravo, Isla, Beausejour, Valdivia no era FF— Chile anduvo bien”.
“Pero en un momento de conflicto”, insistió, “Bravo es sacado. Y es tratado de sapo, curioso que traten de sapo justo al que no trabaja para Vibra. Miren qué curioso. Y echan a Marcelo Díaz por sapo, que tampoco es de Felicevich. ¿Quién manda en ese camarín?”.
“Hay algo que está podridísimo en el fútbol chileno”, finalizó su alocución.
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