La noche del sábado Conor McGregor y Dustin Poirier se volvieron a enfrentar en Las Vegas.

La pelea se desarrolló en el T-Mobile Arena, pero acabó rápidamente tras una grave lesión del conocido luchador irlandés.

Con unos 20 mil fanáticos gritando sus nombres, ambos peleadores entraron con entusiasmo al octágono para comenzar su tercera pelea.

Tras una serie de golpes, todo acabó abruptamente a los 5 minutos, luego de que McGregor sufriera una complicada lesión en su tobillo izquierdo al final del primer round.

La fractura selló el combate a favor de Poirier y el irlandés debió salir en camilla.

Dimes y diretes

"No estoy triste, le gané fácil", dijo Poirier al final del combate.

"A veces estas cosas pasan. Lo que le hizo daño fueron mis patadas", añadió el luchador estadounidense, vencedor de la pelea.

"Esto no ha terminado", respondió McGregor, "estaba pateándole la pierna, haciéndole daño. No hubo check".

"Esto lo único que hace es calentar más la cuarta pelea. Pegué, caí mal y al final me rompí la pierna", dijo el irlandés.

Así fue la dolorosa lesión de McGregor

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